Un total de 17 migrantes mexicanos y extranjeros han fallecido ahogados de enero a mayo de este año en el río Bravo, en la frontera norte de México, en su intento por cruzar hacia Estados Unidos, informó hoy el Instituto Nacional de Migración (INM).
La agencia migratoria mexicana señaló en un comunicado que la cifra de muertes correspondía a cuerpos que agentes del Grupo Beta, el área del INM encargada de la protección de migrantes, ha recuperado del río que divide a los dos países.
Cuatro personas eran originarias de México, dos de Guatemala y una de Honduras, mientras que autoridades no han podido identificar la procedencia de los 10 restantes porque carecían de alguna referencia de identidad, detalló el INM.
Precisó que las víctimas eran 16 hombres y una mujer, todos ellos adultos, que en nueve casos fallecieron ahogados en el tramo del río correspondiente al estado de Coahuila (norte) y los otros ocho en la franja del estado de Tamaulipas (noreste), ambos fronterizos con Texas.
El INM apuntó que el personal del Grupo Beta recuperó en 2019 los cuerpos de 29 migrantes adultos del río, de los cuales sólo nueve fueron identificados y correspondían a seis mexicanos, un hondureño, un cubano y un beliceño.
En una situación similar a la registrada este año, 20 migrantes fallecieron en el cauce del río en la frontera de Coahuila, ocho en la de Tamaulipas y uno en la del estado de Chihuahua (norte), también fronterizo con Texas.
"Derivado de la coordinación con las autoridades de las fiscalías generales de los estados, así como con instancias consulares y federales, se logra la identificación de las personas migrantes, a fin de llevar a cabo la repatriación de los cuerpos a su lugar de origen", agregó el INM.
Expertos han señalado que la muerte de migrantes en el río o en desérticas áreas de la larga frontera común es un problema que aumentó a partir de la década pasada, ante un mayor flujo de personas y más medidas de vigilancia de Estados Unidos para evitar cruces irregulares.