A horas de la reapertura de distintos sectores, los mensajes del Gobierno Federal sobre la emergencia sanitaria del COVID-19 siguen siendo contradictorios. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en la conferencia de prensa matutina de este viernes que “vamos a la baja” en contagios; en contraste, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, insiste en que seguimos en la etapa de máximo contagio.
Este lunes, en Puebla y en distintas ciudades del país se retomarán actividades económicas como parte de la estrategia para accionar la economía mexicana.
La secretaria de Economía en Puebla, Olivia Salomón, informó que los establecimientos con venta de alimentos y bebidas, mercados y supermercados podrán reabrir con aforos reducidos, en tanto que cines, bares y gimnasios permanecerán cerrados. Es decir, se mantiene la prevención y alerta.
Pero el presidente contradice a su subsecretario y a los Gobiernos Estatales. En su conferencia de hoy, López Obrador no solo celebró la tendencia a la “baja” en los contagios -lo cual es una mentira, al revisar la numeraria oficial-, sino que además presumió que el “éxito” de México en el combate a la pandemia supera a países europeos.
“Ya vamos a la baja. Nosotros (en México) tenemos menos días de pandemia que los países europeos y que Estados Unidos. Nos falta todavía un tiempo, el comportamiento es favorable, no pensamos que vaya a haber rebrotes”, dijo.
Esta declaración contrasta de manera radical con la de López-Gatell, quien insistió en que el estado de alerta se mantiene en todo el país. “La epidemia de COVID en México no ha terminado, nos faltan todavía varias semanas, meses incluso. Por lo tanto, tenemos que mantener las actividades de la sana distancia; en este momento todo el país está en semáforo rojo. Semáforo rojo quiere decir el máximo nivel de peligro de contagios”.
Las proyecciones de contagios que han hecho universidades en Estados Unidos, como la John Hopkins o la de Washington, advierten que el número de contagios y fallecimientos en México todavía se duplicará. La primera estimación del Gobierno Federal fue que solo habría 6,000 fallecidos, pero los decesos por complicaciones de COVID-19 se han disparado hasta casi 16,000. En los pronósticos externos se manejan cifras que van de los 30,000 hasta los 60,000 fallecimientos para cuando concluya la pandemia.
Al parecer, López-Gatell calcula el mismo riesgo, de acuerdo con sus declaraciones: “Recuerden por favor, mientras siga la epidemia, en lo posible, quédate en casa, si no tienes que salir, si no tienen que ir a comprar alimento o atender alguna emergencia quédate en casa, procura no reunirte con alguien más, hasta que acabe la epidemia debemos mantenernos a sana distancia los unos de los otros, para tener menor probabilidad de contagiar o ser contagiados, tú quédate en casa".
Las declaraciones del funcionario federal advierten de los riesgos del contagio y de la preocupación del Sistema de Salud por un colapso, por eso llama la atención lo contradictorias que resultan las declaraciones del presidente con relación a las de su colaborador. En la conferencia de este viernes, Andrés Manuel López Obrador hizo recomendaciones que corresponden más a evitar enfermedades menores como la gripe o la influenza estacional que a una política pública efectiva para prevenir fallecimientos por un virus que no tiene cura:
“Esta pandemia está afectando más a los enfermos con diabetes e hipertensión, entonces está en nuestras manos hacer ejercicio, en base a nuestras posibilidades físicas, nos moderemos y cuidemos en la forma de alimentarnos, comer cosas sanas, tomar mucha agua”.
Mientras las declaraciones de las dos principales voces a nivel nacional resultan contradictorias, en Puebla el Gobierno del Estado ha determinado ser más drástico con la prevención.
Hoy, el gobernador Luis Miguel Barbosa dijo que no hay fecha establecida para la reapertura de las industrias automotriz y de la construcción, pero reconoció que obligarlos a frenar la reanudación de sus actividades será "complicado”, y abogó por privilegiar la salud antes que la economía.
El próximo lunes se reinician algunas actividades económicas en el país. Especialistas advierten que es difícil que se respeten las medidas de distancia por experimentos fallidos pasados. Cuando inició la contingencia, las playas de Acapulco se saturaron de inmediato debido a que los capitalinos -mayoritariamente- interpretaron el confinamiento como vacaciones