Encargado de la educación del entonces futuro emperador Claudio, el historiador romano Tito Livio le aconsejó sobre las difíciles decisiones que tiene que tomar un jefe de estado: “Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras”. Hoy, 2,000 años después de que el historiador le diera ese consejo al conquistador de Britania, el gobernador Luis Miguel Barbosa está en una situación similar.
El gobernador de Puebla está en una encrucijada y ha decidido privilegiar la salud de sus gobernados por encima de la economía, porque sabe que una vez que esta se reactive, los contagios y fallecimientos se dispararán.
El estudio del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington pronostica que para la primera semana de agosto habrá aproximadamente dos mil fallecidos en Puebla por complicaciones causadas por el COVID-19.
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De acuerdo con la información del Gobierno del Estado facilitada en rueda de prensa este jueves, siete de cada 10 camas están ocupadas por pacientes COVID-19. A sabiendas de este dato, el mandatario ha decidido privilegiar la salud antes que la reactivación económica, aunque ello suponga incluso una contradicción con la recuperación de la dinámica económica que espera el Gobierno Federal
Humberto Uribe, secretario de Salud, informó que solo hay disponibilidad de tres de cada 10 camas en los Hospitales COVID -los de Cholula y el de Traumatología y Ortopedia- de la zona metropolitana. Si la curva de contagios se mantiene a la alza, como hasta ahora, colapsaría el sistema de salud y la atención médica.
Ante la preocupación de este probable colapso, el gobernador reconvirtió algunos Centros de Salud con Servicios Ampliados para tener mayor capacidad hospitalaria.
En cuanto a los hospitales COVID, es una iniciativa del Gobierno del Estado destinar nosocomios que se especialicen en atención de pacientes con el virus, que están distribuidos por puntos estratégicos de la entidad y hasta el momento son 12.
Mientras a nivel nacional Andrés Manuel López Obrador insiste en la reapertura económica, aunque los estudios independientes y la advertencia de las universidades internacionales afirman la posibilidad de un nuevo brote de COVID-19, en Puebla el gobernador ha decidido privilegiar la contención de la población.
Pero eso es gobernar, tomar las decisiones que no cualquiera puede. En los albores del imperio romano, Tito Livio educaba al gobernante más importante de la faz de la tierra para que justamente eligiera bien, a pesar de las adversidades o dificultades. La decisión del gobernador poblano de dar prioridad a la salud es drástica y, por lo mismo, segura, segura para la sanidad de la entidad.
