Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador puso en claro lo que ya se venía vislumbrando desde hace unos días con la reactivación de sus giras: le interesan más las encuestas electorales y hacer política, que la grave crisis sanitaria y económica que enfrenta el país a causa del COVID-19.
Durante su conferencia de prensa del martes en Palacio Nacional, el mandatario presentó un documento titulado “Rescatemos a México” en donde se denuncia la existencia de un presunto Bloque Opositor Amplio (BOA) que buscaría desplazar a Morena en las elecciones del 2021 y acelerar la salida del mandatario con la revocación de mandato en 2022.
Lo hizo público pese a que él mismo admitió desconocer la procedencia del documento y si era verídico o no.
De acuerdo con el contenido del documento, el bloque opositor estaría presuntamente integrado por gobernadores, los principales partidos de la oposición, los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, magistrados del Tribunal Electoral y consejeros del Instituto Nacional Electoral.
También lo conformarían periodistas, medios de comunicación, grandes compañías y organizaciones de empresarios como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), con la presunta intención de desarrollar una campaña para cuestionar los resultados del gobierno.
Incluso, el documento habla de cabildeos en Estados Unidos para destacar el daño de la Cuarta Transformación a los inversores de dicho país en México.
Los aludidos se deslindaron y criticaron duramente al presidente por intentar desviar la atención de lo verdaderamente importante en estos momentos, que es la crisis sanitaria y económica que ha dejado la pandemia.
Pero el mandatario no se quedó callado y la mañana de este miércoles durante su conferencia defendió la difusión del BOA.
“El que no tiene injerencia en ese asunto, ¿qué le preocupa?, y ¿por qué lo doy a conocer? Porque me lo entregan, mi pecho no es bodega, siempre digo lo que pienso, qué voy andar guardando documentos, porque la política es asunto de todos”, dijo.
“Lo que está en el escrito es un operativo que tienen los opositores. Lo único es que se conducen de manera encubierta y yo hasta me divierto dando a conocer esto porque se tapan tanto que piensan que nadie lo va a saber. Ahora las cosas en México se saben antes de que sucedan. Todo se sabe”, aseguró López Obrador.
No obstante, luego matizó “No tiene nada de malo (…). Ahora no nos escondamos. Es legítimo ser opositor y estar en contra del gobierno y de la transformación y del cambio de política económica. Todo eso es normal en la democracia”.
Pese a que el mandatario insiste en que desconoce el origen del documento, este miércoles el diario El Universal reveló que “un distinguido miembro de Morena” se presentó el pasado lunes en esa casa editorial para ofrecerles el documento con la intención de que se publicara al día siguiente, como si fuera una investigación trabajada por el diario.
“Se le pidieron fuentes y se le dijo que si era una denuncia se le tendría que poner nombre, apellido y rostro. La siguiente noticia sobre el siniestro plan denominado Proyecto BOA (Bloque Opositor Amplio) fue la mañana del martes cuando el presidente dijo que “el pueblo” le había hecho llegar un plan para debilitarlo, justo el mismo documento que el morenista había entregado un día antes” al diario.
Con la presentación de este documento, la Presidencia de la República podría estar violando la Ley Electoral y la Constitución, toda vez que los gobiernos, tanto federales como locales, están obligados a mantener la imparcialidad política, tanto en su actuación como en el uso de los recursos a su cargo, en cuestiones electorales.
La posible intervención de los gobiernos en las elecciones es un tema recurrente en las contiendas mexicanas.
Uno de los antecedentes es una resolución del Tribunal Electoral emitida en 2006, cuando los magistrados concluyeron que el entonces presidente, Vicente Fox, sí intervino en los comicios que ganó el panista Felipe Calderón, aunque no había manera de definir si dicha intervención había sido determinante o no.
Con lo sucedido respecto a la presunta revelación del BOA, López Obrador evidenció que lo que realmente le preocupa es recuperar su popularidad (que aunque sigue siendo alta, ha caído de manera significativa en las últimas encuestas) y de esta manera poder ayudar a su partido, a un año de las elecciones de 2021 cuando renovarán gubernaturas, presidencias municipales y la renovación de las diputaciones locales y a nivel federal.