Cuauhtémoc Blanco también estaría en la mira por presunto lavado de dinero

Cuauhtémoc Blanco también estaría en la mira por presunto lavado de dinero

Un segundo personaje relacionado al futbol estaría en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ya que el entorno más cercano a Cuauhtémoc Blanco sería objeto de una investigación por presunto lavado de dinero.

 

El periódico Reforma publicó este martes una investigación del periodista Abel Barajas que señala que, al igual que a Guillermo Álvarez, directivo del Cruz Azul; el equipo de trabajo del ahora gobernador de Morelos es seguido por haber montado una red de lavado.

 

La nota señaló que la UIF, en conjunto con la Fiscalía General de la República detectaron cuentas millonarias en torno al exfutbolista, desde familiares y amistades, hasta su actual secretario particular y el jefe de su oficina de gobierno.

 

Barajas apuntó que Jaime Tamayo, amigo del “Cuau” y apoderado de la marca de Blanco “Cuauhteminha”, recibió de 2013 a 2019 más de 500 millones de pesos, además de haber hecho pagos millonarios a empresas fantasmas.

 

Aunque con montos muy por debajo de los que le detectaron a Tamayo, el otro personaje relacionado con Blanco es su primo Edgar Riou Pérez, quien se desempeña como secretario particular y que habría hecho depósitos por 200,000 pesos a la actual esposa del oriundo de Tepito, Natalia Rezende, y otro por 160,000 pesos a su medio hermano, Ulises Bravo.

 

José Manuel Sanz, quien fuera representante de Hugo Sánchez en España y del propio Blanco en su etapa de jugador, es el otro individuo que está bajo la mira de la FGR, esto por recibir depósitos a sus cuentas en Estados Unidos por 25 millones de pesos.

 

Asimismo, el ahora encargado de la oficina del gobernador está casado con Claudia Mondragón, quien según la investigación de la Fiscalía compró un departamento subvalorado en una zona residencial en Cuernavaca, ya que lo adquirió en 1.4 millones de pesos, pero su valor comercial es de al menos 4 millones.

 

La venta habría sido hecha por Julieta Valderrama, cuñada de Juan Diego Pons, parte del gabinete de gobierno de Cuauhtémoc Blanco.

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