Aunque las protestas en Estados Unidos buscan hacer justicia por la muerte del afroamericano George Floyd por brutalidad policial, las congregaciones podrían provocar más decesos a causa del coronavirus.
El fin de semana, en diferentes partes del mundo, miles de ciudadanos se reunieron para exigir un alto a la violencia policiaca y el racismo, violando las medidas sanitarias que los Gobiernos habían emitido para evitar más contagios de COVID-19.
Por lo anterior, Trevor Bedford, virólogo del Centro de Investigación contra el Cáncer “Fred Hutchinson” de Seattle, apuntó que estos movimientos pueden provocar el aumento de la expansión del virus hasta 2.5 puntos, lo que dejaría como resultado un total de 1,100 muertes extra en dos meses.
El experto señaló que, aunque los manifestantes usen cubrebocas, el hecho de estar tan juntos y gritando son “comportamientos que aumentan el potencial de transmisión”; además, se desconoce el número exacto de protestantes y si alguno de ellos podría presentar síntomas de coronavirus sin que lo haya mencionado.
Incluso, Trevor Bedford indicó que tan solo en Estados Unidos podría haber hasta 3,000 ciudadanos infectados por las manifestaciones, suponiendo que se reúnan cerca de 600,000 personas durante las protestas.
Al momento, se desconoce si alguno de los participantes ha dado positivo a la prueba del COVID-19; sin embargo, no es la primera vez que señalan a las manifestaciones por expandir un virus.
Por ejemplo, en 1918, durante la pandemia de la gripe española, hubo una marcha en Filadelfia en la que participaron más de 200,000 personas para exigir al Gobierno de Estados Unidos que entregara bonos para que las tropas aliadas tuvieran recursos durante la Primera Guerra Mundial, situación que se convirtió en el principal foco de contagio de la enfermedad.
