Polarización, el recurso de AMLO para salvar la 4T

Polarización, el recurso de AMLO para salvar la 4T

La mayoría de los analistas coinciden en un hecho: en México, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en presidente por una votación masiva fundamentada en la revancha, en la venganza contra un sistema al que el tabasqueño denominó la Mafia del Poder o el PRIAN.

 

Ante la súbita caída en las encuestas, López Obrador decidió retomar el discurso de polarización que le llevó a la victoria y agravarlo por encima de otras ocasiones. El mandatario advirtió que quien no esté con la Cuarta Transformación está contra ella:

 

“Se está por la honestidad y por limpiar a México de corrupción o se apuesta a que se mantengan los privilegios de unos cuantos a costa del sometimiento y del empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos. Es tiempo de definiciones”, dijo el presidente.

 

Su mensaje de polarización se mantuvo. El presidente llamó a los actores de la vida pública de México a definirse a favor o en contra de su proyecto de gobierno. Las posturas moderadas, advirtió, no tienen cabida.

 

Durante todo el fin de semana, López Obrador mantuvo su mensaje de polarización. Este domingo, por ejemplo, el presidente justificó la ausencia de acciones de su gobierno ante las críticas que le han llovido este fin de semana y que se condensaron en el hashtag: #AMLOesunPeligroParaMéxico.

 

“Estamos levantando a México con lo que dejaron, lo que no les dio tiempo de llevarse. Desde el 2018, sonó la campana y el pueblo dijo ¡basta!”, dijo el mandatario mexicano.

 

La polarización ha sido el discurso que le ha permitido a Andrés Manuel López Obrador tener cautiva su base de apoyo durante los 18 años que estuvo en campaña. La comparación con el régimen del pasado y la promesa de un cambio se mantiene aún como presidente.

 

En la elección de 2018, la polarización social y política trasciende la ideología para instalarse en el discurso statu quo contra antisistema, y así quedó evidenciado en encuestas.

 

De acuerdo con diversos análisis de las encuestas en aquella elección, el candidato de Morena y hoy presidente supo interpretar y aprovechar el malestar de la sociedad mexicana, lo que lo ha llevado a adoptar y hacer popular la calificación de “La mafia en el poder”, en donde encasilla a todo aquel actor, partido o grupo empresarial que no piense como él.

 

El resultado ha sido que toda alianza en su contra para atacarlo, más que debilitarlo, lo fortalece. Esa fuerza se nutre del encono social resultado de una corrupción percibida como uno de los principales factores de la desigualdad y que ha gestado un sentimiento de exclusión entre la población.

 

Por otro lado, la política representativa cada vez está más erosionada. El encono social ha crecido en los últimos años entre una sociedad mexicana, en gran parte decepcionada por la prevalencia de una élite que no se ha renovado desde hace décadas, y que es percibida como corrupta y responsable de la falta de oportunidades que ha dado pie a una baja movilidad social.

 

Según la más reciente encuesta de El Financiero, el nivel de aprobación al presidente López Obrador bajó ocho puntos en mayo. Además, la agencia Enkolll reveló que un 52 % del total del personal médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desaprueba la manera en la que el presidente combate a la epidemia de COVID-19.

 

Por esa razón, Andrés Manuel ha decidido regresar a aquella estrategia que le resultó tan conveniente: la de polarizar en sus discursos, directamente con los mexicanos de tierra, para cargar la responsabilidad de todos los errores de su administración a lo mal que gobernó La Mafia del Poder. Detrás de sus giras y la violación de restricciones por el COVID, está su deseo de recuperar la popularidad perdida.

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