El gas pimienta, utilizado por primera vez por el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial, provoca una sensación de ardor muy fuerte en los ojos y la boca y hasta dificultad para respirar.
A partir de 1997, el uso del gas ha sido prohibido en los conflictos militares internacionales. Al mismo tiempo, no es ilegal usarlo contra sus propios ciudadanos, con el fin de reprimir las protestas.
Los componentes más comunes de los gases lacrimógenos son el clorobencilidenemalononitrilo y la cloroacetofenona. También existe un gas lacrimógeno más natural: el spray de pimienta, cuyo ingrediente activo es la capsaicina, un compuesto derivado de los pimientos picantes.
Una vez que el agente irritante entra en contacto con el cuerpo, el sistema inmune intenta eliminar la sustancia a través de los fluidos corporales como lágrimas o mocos. No obstante, en algunos casos, puede causar quemaduras en la piel, vómitos o sangrado y si se utiliza desde una distancia corta, incluso puede dañar el nervio ocular.
Pero ¿qué debes hacer si te rociaron con gas lacrimógeno durante una manifestación?
Primero, aléjate rápidamente de la nube tóxica. Luego, lava los ojos con agua limpia o una solución salina y la cara y las manos con abundante agua y jabón. Resiste a la tentación de frotarte los ojos y no te toques la cara.
También es muy importante quitar la ropa que contiene partículas de sustancias irritantes. Luego, toma una larga ducha fría hasta que desaparezca el olor del gas. Sí los síntomas perduran durante más de dos horas, consulta con el médico.