
Ante la emergencia sanitaria muchas microempresas, principalmente talleres de maquila buscaron alternativas para poder mantenerse a flote y no cerrar sus negocios, encontrando en medio de la crisis una oportunidad de trabajo.
La producción de cubrebocas y ropa quirúrgica significó para estos negocios un salvavidas, pues a partir de la venta de estos productos han podido permanecer activos en los últimos meses. Sin embargo, no se entiende por qué el gobierno federal en vez de comprarles a ellos estos insumos, prefiere hacer costosos pedidos a China, e incluso así el material de protección escasea en los hospitales públicos.