Los hombres se miran entre ellos. Están desesperados, con pánico. Uno de ellos mira al resto y con una falsa esperanza exclama: “¡este barco no puede hundirse!”. Le responde el matemático y constructor del Titanic: “Es de metal y claro que puede hundirse. Y se hundirá, es una certeza matemática”.
Hoy hay una nueva certeza matemática en México: el nuevo brote de contagios del COVID-19 será un hecho. El comportamiento social mostrado en redes sociales, y confirmado por la revisión de la aplicación de movilidad de Google-Android, muestra a un México que ha regresado a la actividad laboral y social casi de manera idéntica que antes de la pandemia.
Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en caso de un rebrote, se volverá a las medidas confinamiento. Su declaración contrasta con la realidad médica: un rebrote en este momento del comportamiento epidemiológico representará un crecimiento exponencial de los contagios.
De la misma forma que en la escena de la película de 1999 Titanic, es una certeza matemática el incremento de casos de contagio. El fin de la jornada de Sana Distancia se hizo en el momento más cruento del virus. Este lunes, los casos habían sumado a nivel nacional 90,664, con 9,930 decesos. En otras palabras, la letalidad de la enfermedad en México es tan grande que fallece uno de cada 10 contagiados.
No obstante, el regreso a la erróneamente llamada “Nueva Normalidad” (no se puede regresar a lo nuevo) advierte el crecimiento exponencial de contagios porque no ha habido restricción comercial o laboral. Con un semáforo en rojo y además complicado de aplicar, los contagios se disparan sin que Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y vocero ante la contingencia de COVID-19, tenga una estrategia clara.
El funcionario federal anunció que las medidas de prevención se están analizando y que se está haciendo lo posible por comenzar a prevenir los sucesos que causará la segunda ola de contagios de Covid-19, la cual ya está confirmada por la Secretaría de Salud.
Por si esto fuera poco, el segundo brote del virus de COVID-19 se combinará con el brote de la influenza estacional, causando así un grave conflicto en la atención médica para tratar ambos padecimientos.
Los pacientes contagiados de influenza podrían acudir a hospitales, confundiendo su padecimiento con el COVID-19 y con ello no solo colapsarían los sistemas de salud, sino que además este tipo de pacientes aceleraría el contagio de casos.
“Muchos miembros de la comunidad de salud pública, nacional y global pensamos que es probable que en octubre-abril, además de la influenza, tengamos un repunte de COVID, independiente, hasta cierto punto, de las acciones de desconfinamiento “, explicó López-Gatell este domingo.
La prontitud de los futuros brotes junto con el brote de nuestros días genera que las decisiones a tomar sean más complicadas. López-Gatell aseguró que es fundamental que el desconfinamiento se dé en una fecha no muy tardía, pues debe de haber el tiempo necesario de activar la economía en dado caso de necesitar un segundo confinamiento.
Ante la incertidumbre federal, el gobierno del estado mantendrá todas las medidas para contener el Covid-19, desde confinamiento, sana distancia, uso de cubre bocas, programa Hoy No Circula y regulaciones en el transporte público.
Esta mañana, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta afirmó: “no hagamos caso de voces que no abonan a nada positivo, sino que quieren que las cosas se descarrilen”. En contraparte, dijo que la "gente buena" de su gobierno sí tiene la voluntad de salvar a la sociedad y a la humanidad.
En su habitual conferencia de prensa, anunció que emitirá un decreto para mantener todas las medidas de salud para contener el virus, desde el confinamiento y la Sana Distancia. “Esto ya será una forma de vida hasta en tanto se descubra una vacuna”, agregó el mandatario.
Mientras la incertidumbre crece y los gobernadores se hacen cargo de sus estados, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó sus actividades y giras. Los especialistas han coincidido en que una de las principales razones del alto índice de contagios en México se debe a que la figura del mandatario no promueve el confinamiento; por el contrario, abona a la idea de que la enfermedad no existe.