Muchos mexicanos celebran que a partir del 15 de junio podrán regresar a actividades normales de trabajo y ocio, debido a la declaración del Gobierno Federal y estatal de la apertura escalonada justo para ese día. Más una semana después, cuando la sociedad se haya relajado en las acciones de confinamiento, ocurrirá el máximo pico de contagios y los hospitales podrían saturarse en medio de un crecimiento exponencial de enfermos.
Este escenario fue previsto por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) basándose en cifras oficiales. Los picos de contagio establecidos en el pronóstico coinciden con el crecimiento de casos que han sido reportados por el Gobierno Federal. Es decir, el propio subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, en sus reportes, ha confirmado el modelo universitario.
El modelo de la UNAM fue calculado en vísperas de la Fase 3 de la epidemia en México. La proyección sobre la fecha en el que la que el país enfrentaría el inicio de la escalada de contagios sería entre el 6 y 13 de mayo y para el 27 de junio ocurriría el mayor pico de contagios.
Gustavo Cruz Pacheco, investigador del Instituto en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, llegó a esta conclusión luego de elaborar un modelo matemático que, con base en los datos oficiales, calcula el ritmo con el que está evolucionando la enfermedad en las zonas urbanas del país.
Las proyecciones de la UNAM incluso han tenido modificaciones al tiempo que el brote de COVID-19 ha avanzado en México. Con el modelo y los datos oficiales, las nuevas estimaciones calculan que lo peor de la epidemia llegará a finales del próximo mes, el 27 junio.
Este cálculo coincide con otra investigación de la UNAM. El estudio "Entendamos el COVID-19 en México", creado por Octavio Miramontes, del Instituto de Física, afirma que el pico máximo de contagios por coronavirus se presentaría entre el 31 de mayo y el 13 de julio, es decir, quince días antes del cálculo del IIMAS, pero coincidente en cuanto al mes.
Este estudio destaca que “el pico de la epidemia se ha recorrido un mes desde la predicción anterior que lo ubicaba inicialmente alrededor de mediados de mayo. No debemos descartar que el incumplimiento del confinamiento para celebrar el 10 de mayo ha causado este estrago”.
La investigación pronostica que de mantenerse el ritmo actual de confinamiento, la epidemia podría tener una duración de entre cinco y seis meses y medio.
Esta última información también coincide con el cálculo de un rebrote para octubre, informado por el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, esta semana. De manera paradójica, el funcionario ha informado que para el 15 de junio comenzará el regreso a las actividades laborales y sociales.
Este tipo de mensajes advierten un riesgo. Tanto las declaraciones del presidente de relajación de las medidas sanitarias como el consumo de alimentos y compras durante el día del niño y la celebración de las madres, revelan que la sociedad mexicana olvida el confinamiento a la menor provocación.
Más aún, el sistema Android-Google ha registrado amplios desplazamientos. Tomando como base los datos proporcionados por la plataforma, las estimaciones coinciden en que aun en Fase 3, la población mexicana ha relajado el llamado a permanecer confinada, hasta en un 10 %.
Lo más grave del pronóstico estimado es el índice de letalidad del virus. De acuerdo con la información publicada por el propio Gobierno de México -por error en una presentación oficial dirigida por Hugo López Gatell-, aproximadamente uno de cada 11 contagiados por el virus fallece en el país.
Titulada "COVID-19 México. Letalidad comparada, México y países del mundo", la gráfica señala que México registra una letalidad de 11 %, lo que además de situarle como el país con la tasa más alta de la región, también es el que podría colapsar con mayor prontitud su infraestructura hospitalaria.
Esta semana, los hospitales de la Red de Salud de la Ciudad de México que atienden casos de COVID-19 alcanzaron una saturación de 80%, según Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno capitalina. El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, también advirtió del riesgo de colapso para el sistema estatal de salud que representaría un crecimiento de contagios y hospitalizaciones.