El 24 de mayo, la policía municipal de la ciudad de Puebla acudió a un salón social donde al menos un centenar de jóvenes estaban reunidos en una fiesta.
Medios locales especulan sobre el hecho de que esa reunión pudo promoverse como una fiesta de contagio entre los jóvenes. La propuesta ha surgido en redes sociales, donde diversos grupos convocan a reuniones cuyo objetivo principal se centra en juntar a gente sana con portadores del SARS-CoV-2 para que se infecten con este virus.
Los organizadores afirman que esta situación podría generar una inmunidad comunitaria, la cual supuestamente ayudaría a reducir la incidencia de contagios entre la población mexicana. Sin embargo, expertos consultados por Sputnik afirman que este tipo de reuniones son en extremo peligrosas y podrían acarrear más dificultades para controlar la actual epidemia.
Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado nacional para la prevención y control de la influenza, destacó que este tipo de prácticas no son nuevas, ya que se han difundido para contagiar la varicela entre los niños. Sin embargo, recordó "para la varicela existe una vacuna y es absurdo" suponer que de ese modo se facilitará el contagio de una persona.
Además, el desconocimiento y la falta de tratamientos para el COVID-19 hacen irresponsable suponer que aumentar los contagios de manera intencional ayude a controlar esta enfermedad. Mauricio Rodríguez Álvarez, profesor de la Facultad de Medicina y Vocero de la Comisión para COVID-19 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reflexionó en ese sentido.
"[Las fiestas de contagio] de ninguna manera, funcionan para ninguna enfermedad. Pero para una enfermedad como el COVID-19 podría representar riesgos de amplificar la epidemia y de llevarla a todos los contactos de estas personas. Ellos van a ir a contagiar a otros y van a amplificar la epidemia". comentó.
Macías atribuye el auge de las fiestas de contagio a la referencia que algunos sectores tienen sobre la ausencia de confinamiento en países como Suecia, donde se considera que existe una menor incidencia de infecciones de COVID-frente al resto de Europa.
Recientemente, estos datos han sido cuestionados por diversas fuentes y especialistas. Por ejemplo, el sitio ourworldindata.org destacó que, durante la semana del 12 al 19 de mayo, el país escandinavo tuvo, en promedio, 6.25 muertes por millón de habitantes por día en ese periodo, lo cual representó la incidencia más alta de Europa.
"Lo que ha ocurrido en Suecia no es un éxito. En Suecia existen tantos muertos como en México, pero es un país 12 veces más pequeño que México. El vecino más cercano de Suecia, Finlandia, que sí aplicó acciones de distanciamiento, tiene por millón de habitantes 7 veces menos contagios que Suecia. Estar queriendo decir que lo que ha pasado en Suecia es un éxito es, simple y sencillamente, ignorancia", aseveró Macías.
Asimismo, un estudio realizado en Estocolmo estimó que sólo 7,3% de sus habitantes desarrollaron anticuerpos contra el COVID-19 a finales de abril. Por tanto, la intención de las autoridades suecas para establecer una inmunidad de rebaño con las medidas adoptadas en el país parece haber sido desmentida.
"Hay ahí un razonamiento que podría parecer lógico: es que, si todos nos vamos a enfermar, pero no sabemos cuándo, mejor vámonos enfermando todos rápido […]. Es una idea recurrente de un sector que está mal informado, que, con mucha ignorancia, piensa que provocando contagios de manera supuestamente controlada va a poder acelerar el curso de la epidemia", alertó Mauricio Rodríguez.
En ese sentido, el profesor de la Facultad de Medicina y Vocero de la Comisión para COVID-19 de la UNAM recordó que esta situación vulnera la seguridad de la población, por lo cual instó a las autoridades a castigar a quienes difunden este tipo de mensajes.
"Ojalá que, a la persona que, creyendo que estaba haciendo una broma grabó unos audios y los difundió, le den un castigo en todos los términos de la ley para que la gente vea que no se puede estar jugando con eso. Igual lo de los mensajes de que van a fumigar, o de que le están haciendo algo a los enfermos; esos son delitos y no hay que perderlo de vista", finalizó.