Con la finalidad de proteger la salud e integridad del preso en el contexto de la actual pandemia, México excarcelará a reclusos de baja peligrosidad, que hayan cumplido entre el 50 y el 70% de su sentencia, no relacionados con delitos graves y con alguna enfermedad crónica degenerativa, entre otras condiciones.
Si bien estas medidas buscan prevenir el contagio de coronavirus en las cárceles del país, en este momento las prisiones parecen ser más seguras, pues han implementado protocolos de salud incluyendo reducir las visitas a la mitad. De hecho, hasta el 14 de mayo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México solo había registrado 117 casos de contagio por COVID-19 en los centros penitenciarios.