La pandemia de coronavirus ha derivado en la peor crisis económica de la historia del capitalismo; algunas personas aún no están conscientes de ello, otras ya lo están padeciendo. Tenemos que prepararnos para los momentos que vendrán y de esa forma superarlos más rápidamente. Una de nuestras fuentes a recurrir, sin duda, debe ser la sabiduría milenaria de nuestros abuelos mexicas. Ellos tenían un tipo de protocolo para desastres y enfermedades.
Fray Bernardino de Sahagún, un fraile franciscano que llegó a nuestras tierras en 1529, compiló el Códice Florentino, un texto que también se conoce como “la Historia General de las cosas de Nueva España”, le llevó casi 30 años y es resultado de una profunda investigación. En ese códice nos revela la forma en que los mexicas actuaban frente a eventos desastrosos.
Había recomendaciones para el pueblo, pero también para los gobernantes, a los Tlatoanis se les pedía que informaran, que ayudaran a la gente a comprender, pero al mismo tiempo, no asustaran al pueblo, que no lo hicieran sufrir, no recurrir a la violencia, por el contrario, ser complaciente en el momento más difícil.
Evocar estas sabias palabras nos hace contrastar el actuar de los actuales gobiernos frente a la COVID-19. En el mundo hay gobiernos que han aprovechado la pandemia para violentar a sus pueblos, el caso de Chile, Ecuador y Bolivia son ejemplos cercanos. En otros casos, ha habido necedad y desdén frente a los que están sufriendo, Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil son una muestra, no es casual que, al día de hoy, sean los países más afectados.
Vale mucho la pena que estas recomendaciones las lea todo el pueblo. En esta pandemia hemos visto cómo los grupos más retardatarios y conservadores han emprendido un boicot contra el gobierno y el sistema de salud. Contrario a lo que recomiendan los mexicas se han dedicado a desinformar, incluso recurrieron a un juez para prohibir las ruedas de prensa del Consejo de Salubridad que cada noche encabeza el Dr. Gatell. Quieren asustar y aterrorizar, se han comportado como animales de carroña, la primera pregunta que hizo la pseudo intelectual Denise Dresser fue “¿cuántas bolsas de cadáveres iba a comprar el gobierno?”.
La situación es complicada, hay que hablar con la verdad para que el pueblo este informado, pero sin asustar, ni alarmar sin sentido. La gráfica 1 muestra la tasa de desempleo que Estados Unidos registró en el mes de abril, llegó a 14.2% de su población económicamente activa; es la más alta que se tenga registro, incluso a la del 12% estimada de la crisis de 1929. La industria también cayó 11% en un solo mes y el otrora país más poderoso del mundo hoy tiene población que hace largas filas para obtener alimentos, provenientes de bancos de alimentos, no del Estado. Hoy, literalmente, los estadounidenses están pasando hambre.
Elaboración propia con datos de la Oficina de Empleo de EE.UU.
La pandemia también puso al descubierto enormes desigualdades; los indígenas confinados en grandes reservas en Estados Unidos o los del Amazonas brasileño son los que más sufren la epidemia en medio de la pobreza extrema. Los negros en Inglaterra y los latinos en Nueva York tienen las tasas más altas de mortalidad. Europa desnudó sus carencias y se visibilizaron las fragilidades de los que se sentían poderosos.
Reconstruir este mundo significa que no podremos volver a las mismas prácticas que nos llevaron al declive. Escuchemos, entonces, a los abuelos mexicas. Cuando llegaron los españoles con la viruela, los mexicas no estaban desprevenidos, si bien se enfrentaban a una enfermedad nueva, tenían protocolos que aplicaron. Se llamó a las curanderas y se asistió a los enfermos. A los más afectados se les repartió frijol y maíz y dejaron de pagar tributo; pero los que si podían pagaron más. Ojalá las empresas (particularmente las grandes transnacionales que extraen su plusvalor de nuestra patria) correspondieran al país en este momento.
Para los que se están desesperando por la cuarentena también hay recomendaciones, los mexicas decían: no apresurar, “la enfermedad llegará a su tiempo”. Serenidad de nuestras almas para encontrar más rápido el camino. Cuando se va a prisa se puede tropezar y confundir el camino. Ayer en Estados Unidos la gente peleaba por tomar las ofertas de los centros comerciales que abrieron sus puertas. No tomaron enseñanzas de la pandemia.
Los mexicas vencieron la viruela, pero la población estaba diezmada y el asedio de los conquistadores hizo sucumbir a los mexicas. Hoy como antaño, los intereses imperialistas de organismos como el Fondo Monetario y el Banco Mundial están asediando a nuestro país; los apátridas insisten en que la mejor opción es el endeudamiento, el gobierno se resiste y dice que “sólo un traidor entrega su país a los extranjeros”. Por fortuna tenemos un anciano sabio en el gobierno, literalmente un Huey Tlatoani (Gran gobernante).
En esta semana falleció Bertha Maldonado, “La Chaneca”, feminista, luchadora incansable. Era publicista y fue creadora de la esperanzadora frase “Sonríe, vamos a ganar”. En estos momentos retomémosla: ¡SONRÍE, ESTO PASARÁ!
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos