Desesperación en la Federación: pretenden reactivar economía pese a pandemia

Desesperación en la Federación: pretenden reactivar economía pese a pandemia

Foto: Enfoque

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gabinete económico han dado señales de desesperación con relación a la desaceleración económica causada por el COVID-19, las decisiones siguen comprometiendo el futuro del país.

 

Este lunes, no solo hay un rechazo unánime de la comunidad internacional al bloqueo impuesto a las energías limpias, también se ha advertido una salida abrupta de inversiones en México que causaría un perjuicio económico de proporciones superiores a las estimadas.

 

López Obrador mantiene, sin embargo, su nerviosismo, por ello ha tratado de reactivar la economía a través de la disposición de reapertura de las principales industrias en el país, mediante escalas de reincorporación laboral.

 

"Ya estoy a punto de declarar, porque tengo que actuar de manera precavida, se trata de una epidemia grave, pero si ya pronto vamos a poder decir que por el apoyo de todo el pueblo logramos todos los mexicanos, todos, todos, que la pandemia no saturara nuestros hospitales, nuestra capacidad hospitalaria, que se logró la estrategia de domar la pandemia”, dijo este lunes el presidente.

 

Pero el país le contestó a través de los llamados Municipios de La Esperanza. Fueron 324 las localidades clasificadas así debido a que supuestamente no tenían registros de contagios de COVID-19, pero sus autoridades locales desestimaron los números de la Federación, pues algunos municipios sí tenían contagios y en otros no ha habido ningún tipo de prueba o medición.

 

Los estados con municipios de la esperanza son Oaxaca, Jalisco, Yucatán, Guerrero, Chihuahua, Tamaulipas y Puebla. En estos lugares, sus autoridades locales han decidido no atender el calendario de reapertura previsto.

 

Aunque el presidente ha mostrado su urgencia para reactivar la economía, incluso a costa de apertura anticipada de empresas, el panorama de inversión parece negativo. No solo hay preocupación por la fuga de capitales a futuro y la reducción de la calificación para recomendar invertir en el país, sino que además los datos actuales no cuadran.

 

El viernes, la Secretaría de Economía informó que en el primer trimestre del 2020 México recibió 10,334 millones de dólares por Inversión Extranjera Directa (IED), 1.7% más en comparación a 2019.

 

Pero, en contraparte, el Banco de México informó que esa cifra -la de los 10,334 millones de dólares- representó una contracción de 26.3% respecto a lo captado en igual periodo de 2019. Es decir, la institución independiente al Gobierno Federal, el Banxico, contradijo a la Secretaría de Economía que precisa de datos positivos para anunciar en el país.

 

Más esta incertidumbre, ya evidenciada incluso en el análisis de los fríos números, junto con las decisiones de la Presidencia de la República han causado que en dos meses los inversionistas extranjeros se pusieran nerviosos y “movieran” 92,800 millones de dólares de inversión de portafolio fuera del país.

 

En este momento, el llamado capital golondrino se ubica en uno de los niveles más bajos de los últimos siete años. Las consecuencias, además de lesionar la economía, también impactan a los ciudadanos porque eleva el costo financiero del gobierno y restringe la movilidad de los programas sociales.

 

Moody’s, Fitch y S&P recortaron la calificación de México con perspectiva negativa. Con ello, nuestro país deja de ser un buen destino para invertir: La perspectiva negativa refleja el riesgo de que se deteriore la situación económica y fiscal por las erráticas políticas públicas e insuficiente apoyo del gobierno para hacer frente a los desafíos económicos.

 

La semana pasada, el presidente López Obrador declaró: “en el tiempo del neoliberalismo los técnicos se creían científicos, se elevó la técnica a rango supremo y ahí sí la economía asunto de los economistas, como si fuese algo tan complejo, inalcanzable”.

 

Sin embargo, el escenario económico no luce particularmente positivo para el país. En este asunto de economistas, la desaceleración está avanzando tan vertiginosamente que incluso el mandatario ha urgido la reactivación económica, pero está luce también compleja e inalcanzable.

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