El pug Harley, apodado el 'Tuerto', se convirtió en el héroe durante la pandemia de COVID-19, ya que ofrece terapia emocional al personal médico de los hospitales de la Ciudad de México.
Cada día, este perrito aparece en un hospital de la capital mexicana vestido con unos zapatos amarillos de caucho, unas gafas de esnórquel y un impermeable fluorescente para juguetear durante dos horas con los médicos y enfermeras que atienden a los pacientes con coronavirus.
VIDEO: Wearing tiny yellow boots, goggles and a protective suit, Harley "el Tuerto" -- a pug trained as a therapy dog -- begins a new journey to relieve the stress of medical staff fighting the novel coronavirus at a Mexico City hospital ???? pic.twitter.com/TalvaGRUDo
— AFP news agency (@AFP) May 14, 2020
Entrenado como terapeuta, se toma con paciencia el ritual de vestirse y genera sonrisas en los rostros del personal médico en medio de su jornada agotadora.
Su dueña, la neuropsicóloga clínica Lucía Ledesma, quien se refiere a Harley como su coterapeuta, aseguró que cuando incorporaron al perrito a su equipo, la respuesta fue "inaudita en el sentido del impacto afectivo para el personal".
"Una de las reacciones más frecuentes que encontramos, sobre todo en el personal que se encuentra directamente en las áreas de COVID-19 es sorprenderse de que Harley, nuestro coterapeuta, el Tuerto, tenga su equipo de protección. Entonces genera muchas reacciones de empatía", reveló.
El pug tiene 3 años y recibió su apodo por una discapacidad visual. El perrito forma parte del servicio de psiquiatría y neuropsicología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre de la Ciudad de México. Ya participó en varias terapias para pacientes con afecciones psiquiátricas, psicológicas o neuropsicológicas, donde se recomendó por su docilidad para interactuar con la gente.
Ledesma asegura que la presencia de Harley ayuda a "amortiguar el estrés psicológico, afectivo y psíquico" del personal sanitario que enfrenta la emergencia sanitaria.
"Algunos compañeros inmediatamente quieren cargar a Harley, jugar con él, tocarlo", señaló, al precisar que su compañía aliviana el tiempo de privación de contacto físico que lleva la gente, "sobre todo el personal de la primera línea de acción, que inclusive se ha segregado de su propia familia para evitar toda posibilidad de contagio".
Un equipo de especialistas preparó desde febrero la incorporación del perro a un proyecto de apoyo emocional, previendo la tensión que desataría la epidemia del nuevo coronavirus y, en particular, un eventual desbordamiento de los hospitales.