México cuenta con más de 40 millones de estudiantes en nivel básico, de estos el bullying afecta a más del 50%, alrededor de 28 millones de niños tanto de escuelas privadas como públicas, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). La cifra es alarmante, ya que equivale e incluso supera a la población total de varios países del mundo como Cuba, Chile, Panamá o Portugal.
Por otra parte, datos generados por la OGN International Bullying Sin Fronteras posiciona a México en primer lugar a nivel mundial en acoso escolar, seguido de Estados Unidos, China, España y Japón, entre otros. Cifras para la Ciudad de México indican que uno de cada tres niños es víctima de bullying, siete de cada diez niños en territorio nacional.
El 2 de mayo se conmemora el Día internacional contra el bullying con el fin de concientizar a la población en general de las grandes problemáticas ocasionadas por el acoso escolar, situación que parece aumentar año con año, pues el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que 1 de cada 3 niños en el mundo sufre acoso escolar.
Generalmente, estudios sobre el tema han destacado que causa baja autoestima, bajo rendimiento académico, depresión, agresividad, aislamiento, pesadillas, insomnio, ansiedad o irritabilidad. Además, el abandono de los estudios, pérdida de la empatía o confianza, así como cuadros severos de estrés post-traumático (PTSD), que como último podrían llevar al suicidio.
En México, 15% de los suicidios están ligados al bullying. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se registran 52 suicidios infantiles cada mes; de 2008 a 2018 alrededor de 7 mil menores de edad se han quitado la vida a causa del acoso.
Programas se han creado con el fin de contrarrestar esta problemática por medio de ONGs, instituciones gubernamentales o iniciativas privadas, por ejemplo la Unicef comparte una Guía para prevenir el acoso escolar. Asimismo, existen capacitaciones dirigidas a maestros y padres, sean gratuitas o financiadas por los gobiernos, para identificar, atender y erradicar el acoso escolar; sin embargo, no puede asegurarse que niños pertenecientes a poblaciones vulnerables o sectores de bajo nivel económico-social reciban la atención especializada necesaria en México.