En España gobierna la izquierda y también la sensatez económica. Mientras Pedro Sánchez, presidente del Gobierno Español, establece medidas de apoyo al empresariado, principalmente al sector turístico, la izquierda en México se ha concentrado en un ataque contra el sector privado, desde las micro hasta las grandes empresas.
La semana comenzó con los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador a los empresarios que habían solicitado el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo para la extensión de créditos. El lunes dijo que "no le gusta mucho el modito” de los empresarios en esta solicitud y este martes incluso advirtió un supuesto riesgo de corrupción.
“De acuerdo a la experiencia, aunque sea utilizado que es para apoyar a la pequeña y mediana empresa, aunque sea utilizado para que haya crecimiento económico, aunque sea utilizado para crear empleos; lo que está demostrado es que esos rescates arriba, son equivalentes a corrupción, son sinónimo de corrupción”, dijo hoy.
Esta “visión” de confrontación con el sector privado en México contrasta con la estrategia económica que sigue España, un país gobernado por la izquierda y golpeado abruptamente por la pandemia de COVID-19.
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En el país ibérico, el gobierno anunció que planea un rescate de la aerolínea Iberia y una desescalada para volver a una “nueva normalidad”, tras la contingencia. Sánchez, a través del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, ha pedido a Europa un frente común para "minimizar el impacto" de la pandemia.
Esta estrategia contrasta con la que se ha adoptado en México. López Obrador ha establecido una dura oposición hacia el empresariado y, además de calificarle indirectamente como corrupto, insiste en no darle garantías para acelerar el desarrollo del empleo, vía las empresas.
“¿Cuántos años, décadas de condonación de impuestos a las grandes corporaciones?, ¿con qué excusa de que así se fomente el crecimiento?, ¿hubo crecimiento en el periodo neoliberal?
“Claro que sí (hay riesgo de corrupción) si no se cuida, y lo mismo del dinero que va a disponer el Banco de México, hay que estar muy pendientes, no oponernos pero cuidar”, advirtió “doctamente” el presidente fundamentándose nuevamente en el protocolo del Foro de Sao Paolo.
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La propuesta de créditos para empresas mexicanas vino del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El acuerdo fue el de otorgar 30,000 apoyos financieros a micro, pequeñas y medianas empresas.
En un comunicado se detalló que los créditos cuentan con respaldo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). De esta manera, se buscará la colaboración y apoyo de la banca comercial local, inversionistas internacionales y de la banca de desarrollo, para movilizar recursos adicionales con el objetivo de ampliar las líneas de factoraje inverso.
La explicación detrás de esta estrategia es que los créditos pretenden ayudar a los industriales a expandir, acelerar los créditos para las empresas que forman parte de las cadenas de valor de los más grandes corporativos. El objetivo es construir un programa de tres mil millones de dólares en líneas de crédito.
En tanto, el producto de crédito, revolvente y con un plazo medio de 90 días, permitirá financiar un monto estimado por hasta 12,000 millones de dólares (aproximadamente 290,000 millones de pesos) al año en facturas de 30,000 proveedores mipymes de México.
El Consejo Mexicano de Negocios expresó la necesidad de tener disponible la financiación para los mercados en crecimiento, así como los sectores vulnerables tras la incertidumbre que está causando la pandemia.
López Obrador expresó esta mañana declaraciones que no corresponden con el perfil crediticio que maneja el BID: “Lo que no queremos y no vamos a permitir es que esos créditos, si no se pagan, pasen a ser deuda pública, no avalamos eso”, argumentó.
En realidad, la estrategia de financiamiento no tiene que ver con deuda pública. La oferta es que los empresarios que son proveedores de marcas más grandes, puedan sostener a través del financiamiento la reactivación económica.
Por ejemplo, una empresa proveedora de pintura para automóviles puede sostenerse mediante el crédito y mantener su planta laboral sin bajas para cuando las grandes compañías retomen la fabricación de vehículos y exijan más a los proveedores. Para estos empresarios está destinado el crédito.
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