El 27 de abril, dos meses más tarde de que se confirmara el primer caso positivo de coronavirus en el país oceánico, Nueva Zelanda retomará la normalidad. Atrás quedarán las restricciones y el confinamiento en la mayoría de los casos gracias a un Gobierno que ha hecho muy bien sus deberes. He aquí la receta neozelandesa contra el coronavirus.
Mientras la mayoría de los países ni siquiera contemplan levantar las medidas preventivas para evitar más contagios de coronavirus, Nueva Zelanda llega al final del túnel con solo 1.445 casos positivos confirmados en todo el periodo que va desde la detección del primer infectado, a finales de febrero, hasta este momento, y con al menos 1.000 curados y solo 13 muertos.
Cifras, desde luego, sorprendentes, que mucho tienen que ver con la gestión realizada por Jacinda Ardern, la primera ministra. Y es que el objetivo de Nueva Zelanda es erradicar la pandemia, y no contenerla, y Ardern ya celebra que "hemos detenido una ola de devastación" gracias a la rápida actuación de las autoridades y a la efectiva respuesta que se está dando a la pandemia.
El primer paso tomado por el ejecutivo del país insular fue aislar rápidamente durante 14 días a los recién llegados desde el extranjero. A continuación, ya el 14 de marzo, se cerraron las fronteras. Un dato que sorprende, si se compara con la situación que había en otros países antes de tomar medidas severas, es que para ese momento en Nueva Zelanda solo se contabilizaban 100 contagiados.
La propia primera ministra predicó con el ejemplo al ponerse en cuarentena desde el 13 de marzo, para posteriormente, el día 25, declarar un estado de alerta de nivel 4 en todo el territorio nacional.
En el aspecto económico, la primera ministra y su equipo decidieron bajarse el sueldo en un 20% durante los seis próximos meses, y además, implementaron un paquete de ayudas económicas para un millón y medio de los cinco millones de habitantes de Nueva Zelanda. Esto muestra el compromiso que el Gobierno del país tiene con sus ciudadanos, lo cual ha sido alabado por medios de todo el mundo.
Tras dos picos de contagios registrados el 2 y el 5 de abril, con 89 nuevos infectados cada día, a lo largo del mes se ha ido comprobando la eficacia de las restricciones aplicadas por Ardern en el declive paulatino de los casos.
Recientemente el Gobierno ha anunciado que desde el 27 de abril, la mayor parte de los trabajadores volverá a sus puestos y que se rebajará la alerta al nivel 3, para, previsiblemente, bajar al nivel 2 desde el 11 de mayo.
El equipo de la primera ministra, no obstante, no por ello deja de hacer recomendaciones a la ciudadanía para seguir manteniendo el virus a raya. La última consiste en que cada ciudadano haga un seguimiento en forma de diario para controlar con quién y dónde se ha estado.
Con medidas como esta y todas las demás Jacinda Ardern se ha postulado como el ejemplo a seguir por el mundo en la lucha contra el coronavirus. Los resultados hablan por sí solos.