El pacto de México con EU para que petroleras privadas estadounidenses asuman el recorte de 250,000 barriles diarios (b/d) de crudo que corresponderían a este país latinoamericano en el acuerdo OPEP+, deja abiertas muchas preguntas, dijo a Sputnik la jurista especializada en el sector energético Elvira Macín.
"Más bien se trata de un acuerdo 'debajo de la mesa' y fuera del marco legal vigente en México", advirtió la experta en derecho energético internacional, posgraduada en políticas públicas por la Universidad de Edimburgo.
Conforme al derecho internacional público, "en la legislación mexicana solo existen dos tipos de compromisos que pueden celebrarse: los tratados internacionales y los acuerdos interinstitucionales; pero se desconocen los detalles sobre este 'acuerdo' y sus formalidades técnico-jurídicas, acerca de cómo fue configurado; es difícil saber en cuál de los dos compromisos internacionales encuadra", sostuvo Macín.
El Gobierno de México notificó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y a otros productores ajenos al bloque, que se coordinan en un ámbito informal conocido como OPEP+, su compromiso de reducir su producción únicamente en 100,000 b/d durante dos meses, en lugar de los 400,000 b/d que solicitaba el cartel petrolero.
Los presidentes Andrés Manuel López Obrador, de México, y Donald Trump, de EU, "convinieron (vía telefónica) un apoyo (estadounidense) a la cuota de producción mexicana", informó la secretaria de Energía, Rocío Nahle, en una carta a la OPEP.
Ese convenio establece que "EU se compromete a reducir adicionalmente 250,000 b/d a lo que iba a entregar originalmente, el presidente Trump afirma que la decisión se toma para compensar a México", agregó Nahle.
El jefe de la Casa Blanca dijo el fin de semana pasado que "EU ayudará a México y nos lo reembolsarán en el futuro; están de acuerdo en hacer algo para compensarnos en el futuro".
Pero López Obrador rechazó el 15 de abril pasado que se haya comprometido con retribuir algún compromiso a EU.
La analista Macín, que desde hace 10 años asesora legalmente a empresas de energía nacionales y extranjeras, expresó su sospecha de que este pacto no se base en ninguno de los dos tipos acuerdos legales permitidos para México.
Al contrario de lo que pudiera creerse, en México no existe una figura equiparable a los "executive agreements" (acuerdos ejecutivos, en inglés) previstos en la legislación de EU para arreglos entre jefes de gobierno de dos naciones, apuntó Macín.
Grandes compromisos, magros resultados
Si el pacto telefónico entre López Obrador y Trump, que involucra 15 millones de barriles estadounidenses en dos meses, se elevara a rango de tratado, requeriría la aprobación del Senado, prosiguió la abogada.
Por otra parte, los acuerdos interinstitucionales contemplados en la legislación doméstica "no facultan al presidente de la República a celebrar acuerdos internacionales", sostuvo.
En ese caso "sería nulo por la falla técnica legislativa mencionada" pues no está previsto en la Constitución.
La reducción de producción mexicana equivale al 6% y no el 23% que todos los países del pacto asumieron para estabilizar los precios del energético, ante el derrumbe de la demanda mundial por la pandemia de COVID-19.
"Se desconocen las entrañas del acuerdo, y listar posibles compensaciones mencionadas por el presidente Trump sería especular, ya que este acuerdo no tiene precedente", puntualizó la abogada.
La especialista alertó que la industria petrolera en EU está completamente en manos de firmas privadas, grandes y pequeñas. Al ofrecer "ayudar" a México, Trump está "saludando con sombrero ajeno", describió.
López Obrador dijo que "nuestro propósito principal no es vender petróleo crudo, sino transformar el crudo en México, producir en México las gasolinas, ser autosuficientes, porque estamos importando 70% del consumo nacional, es un problema de soberanía".
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, dijo a Sputnik que, a pesar del acuerdo, las principales mezclas de petróleo cotizaron con amplias pérdidas.
"Los fundamentales de oferta y demanda continuarán desequilibrados el resto del año, y la Agencia Internacional de Energía (AIE) estimó que durante el año habrá una caída en la demanda de nueve millones de b/d", apuntó la analista financiera.
Efectivamente, en lo que va de abril la demanda cayó en 29 millones de b/d en comparación al año anterior, hasta un nivel no visto desde 1995, según la AIE.
Siller recordó que la propia OPEP estimó que su demanda de crudo "caerá a un mínimo de tres décadas, a medida que la pandemia congela la economía global, lo que realza la urgencia de los recortes de producción prometidos".
Durante el segundo trimestre de 2020, se necesitaría sacar del mercado el doble de lo pactado, 20 millones de barriles diarios de la OPEP, según un informe del grupo del que no hace parte México.