Acostumbrados como estamos, por lo menos mi generación y tres subsecuentes, a las ceremonias fastuosas en Los Pinos y otros recintos del poder político subordinado al económico y alejados de la base de la pirámide social, así como los discursos presidenciales grandilocuentes, magnificados por el oligopolio mediático, resultó una grata sorpresa que el presidente Andrés Manuel desde su casa de Tlalpan hiciera el domingo 12 un adelanto sustantivo del convenio que se firmó al día siguiente durante la mañanera que no fue tal porque no hubo preguntas ni diálogo circular, entre la Asociación Nacional de Hospitales Privados y el Consorcio Mexicano de Hospitales para que la Secretaría de Salud disponga de 3 115 camas en 146 hospitales privados en 27 estados, en los que se ofrecerán servicios médicos de segundo nivel con costos para el gobierno idénticos a los del IMSS y el ISSSTE.
Otra cosa es si los adelantos informativos que acostumbra hacer López Obrador no desmerecen la nota que se dará a conocer al día siguiente. Pero éste es un asunto que poco interesa a los lectores, sí al equipo comunicacional dirigido por Jesús Ramírez Cuevas, criticado por expertos en comunicación política y colegas que no tienen idea del alcance de las mañaneras y las vespertinas. Y no falta el analista que en plan de intrigante sostiene que las segundas son más vistas y escuchadas que las primeras.
Lo que sí importa es que con el convenio suscrito, sin precedente, se liberan los hospitales públicos, pues del 23 de abril y hasta el 23 de mayo, permitirá como advirtió AMLO contar con espacios para estar preparados y “cuando se nos presente el momento más crítico tengamos todas las camas, todos los equipos que se necesiten para salvar vidas”.
Piensa muy distinto el exguerrillero tapatío Sergio Aguayo y ahora talentoso crítico de la Cuarta Transformación: “La 4T no se preparó para la emergencia. Me importa como ciudadano y por estar en el grupo con reservación en el corredor de la muerte. Tengo 72 años y si enfermo no me darán un ventilador. Los pocos irán a los más jóvenes. La 3ª edad es desechable, por eso me indigna tanto su desorden.”
El adelanto de cuatro meses de pensión a más de 8 millones de adultos mayores muestra lo contrario, aunque vecinas como Claudia Angélica reporta que sólo recibió un bimestre el 23 de marzo de la Secretaría del Bienestar.
Lo principal es que estamos en una pandemia sin precedente y por la información disponible ni siquiera China, origen y epicentro del Covid-19, “se preparó”, es más, el descuido en las primeras semanas catapultó el problema. Y el desorden, injustificado sobre todo cuando se observa desde el cubículo, hasta donde se sabe es inseparable de las transformaciones, aunque ya el doctor de origen y formación priista Manuel Villa Aguilera sentenció: “La Cuarta Transformación no es más que un discurso, una frase feliz o eficaz, que apela al imaginario ciudadano” (http://www.forumenlinea.com/index.php/35-revistas/forum-en-linea-380/1120-no-podemos-prescindir-del-estado-m-villa). Y ambos, Aguayo y Villa, postulan que AMLO no tiene intelectuales orgánicos, lo festejan sin percatarse de la pedantería al subestimar a Rafael Barajas, John Ackerman, Gibrán Ramírez, Fabrizio Mejía Madrid y muchos más.
El convenio suscrito evidencia que con el diálogo y la negociación entre las autoridades y los grupos empresariales se hace camino al andar sin necesidad de aplicar medidas de fuerza por causas de utilidad pública, como sueñan los autoritarios de todos los colores. Y es, también, un claro mensaje de que la unidad nacional es una construcción diaria, sin acuerdos espectaculares como los que buscó imponer el Consejo Coordinador Empresarial como lo hace desde agosto de 1976, aunque que ya recibió la concesión del Seguro Social de “diferir hasta 48 meses” los pagos de cuotas patronales.
Por separado acordaron con el presidente el Grupo Monterey, Grupo Carso y otros más que se comprometieron a no despedir trabajadores y mantener el pago completo de salarios y prestaciones. Mas el respeto a lo acordado no es escrupuloso.