Se están produciendo cambios en el mundo en todos los ámbitos, tanto económico como político y social, que es difícil imaginar que una vez superemos el COVID-19 las cosas vayan a ser igual que antes. El antropólogo uruguayo Nicolás Guigou nos dio su visión sobre cómo se organizará la sociedad una vez que termine la pandemia.
El mundo está teniendo que transformarse para adaptarse al aislamiento social. La presencia cada vez más fuerte de lo virtual que reemplaza a lo real, el teletrabajo y el uso de la tecnología para la vigilancia de los ciudadanos, son elementos que ya existían pero que parecen haberse afianzado con la pandemia.
"Estas tendencias se estaban constituyendo antes del coronavirus pero ahora se consolidaron. Estamos en un mundo en el cual el ser humano es cada vez menos importante. Hay una suerte de extinción de nuestra especie, no en el sentido físico sino de transformarse en otra cosa, en un cíborg", afirmó el antropólogo uruguayo Nicolás Guigou.
Agregó que la situación actual demuestra que el mundo puede seguir funcionando, con todos los problemas del caso, sin la presencia física de las personas. El sistema se está adaptando a la virtualización y estamos entrando de lleno en el capitalismo del siglo XXI, mientras que antes seguían habiendo vestigios de "lo analógico" del siglo XX.
"Estamos en un proceso de automatización y robotización que ya se venía dando, de salida del trabajo de la oficina para ingresar en el ámbito íntimo de la casa. La vida privada pasa a ser colonizada las 24 horas", agregó Guigou.
Aunque no ve como una posibilidad el fin del capitalismo, sino que cree que este se está afianzando, sí sostiene que se acerca el final de las democracias liberales, tal y como las conocemos ahora.
"El control de los gobiernos nos parece conveniente, no solo en el ámbito de salud sino de seguridad, pensamos que cuantas más cámaras de vigilancia haya mejor. Es una suerte de totalitarismo pero no impuesto porque la gente lo está pidiendo. Tiene que ver con el proceso de individualización extrema de estas sociedades, lo que yo llamo la licuación gradual de la democracia liberal", dijo el antropólogo.
Por último, en cuanto a las relaciones interpersonales, cree que el coronavirus intensificó la "fobia" que ya le teníamos al contacto físico con el otro. Piensa que luego de que pase la pandemia, lejos de valorar más los encuentros cara a cara, se van a intensificar los vínculos virtuales.