Los programas clave en la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador para la promoción del voto en favor de él y su partido fueron aumentados. Con el pretexto de que el Gobierno Federal inició un combate contra las crisis económica y de salud causadas por el Coronavirus COVID-19, el mandatario fortaleció y amplió su ruta política.
Desde que anunció los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, además del crecimiento del programa Pensión para Adultos Mayores, sectores diversos le criticaron el clientelismo electoral detrás de tales políticas públicas.
Pero además, aprovechándose de la crisis económica que ha causado la pandemia de Coronavirus COVID 19, reveló la creación de tres nuevos bastiones del clientelismo electoral: los asalariados del Gobierno Federal, los trabajadores temporales de la obra pública, además de pescadores.
El clientelismo electoral es un concepto y práctica que surgió en la década de los setentas en México. El Gobierno Federal creaba programas y proyectos mediante los cuales se entregaban recursos económicos en especie o trabajos temporales a cambio de que los beneficiarios votaran por el partido en el poder: el PRI.
Hoy la estrategia luce similar, aunque es más agresiva en cuanto a alcances. De acuerdo con el mensaje que el presidente dio este domingo, no solo se ampliaron los fondos para los programas que ya había establecido Andrés Manuel como su ruta electoral, sino que ahora integró en dicha estrategia a los trabajadores al servicio del Gobierno Federal y a empleados temporales en el sector de obra pública.
El problema de esta estrategia, consistente solo en repartir recursos, es que mientras aumenta el gasto del Gobierno Federal para la entrega de apoyos a sectores sociales, no reciben incentivos los contribuyentes que al mismo tiempo son responsables de la creación de la riqueza económica del país: empresarios, emprendedores y profesionistas.
Peor aún, la cuarentena causada por el COVID-19 ha paralizado la economía en todos los sectores, desde el turístico hasta el fabril, pues están impedidas las concentraciones de personas. Por tal razón, la opinión pública esperaba este domingo que López Obrador anunciara una estrategia de incentivos fiscales y dinamización ante la crisis, en lugar de un mensaje de promoción de las estrategias clientelares.
Créditos y apoyos a cambio de votos
Durante su mensaje trimestral, el tabasqueño informó que dispondrá de un fondo de 35,000 millones de pesos del ISSSTE para entregar créditos personales y el Fovissste e Infonavit destinarán 177,000 millones de pesos para otorgar créditos de vivienda.
El objetivo luce como reunir “dependientes” del Estado entre los burócratas federales que perciben menos ingresos. Mientras los funcionarios federales con un nivel jerárquico superior enfrentarán recortes que llegan hasta la eliminación del aguinaldo de fin de año, los trabajadores con menos ingresos tendrán créditos que López Obrador espera convertir en simpatías de cara a las elecciones de 2021.
Este grupo social no es el único que formará parte de la gran base de datos que explotará el expresidente para movilizar el voto en la elección intermedia federal. Los adultos mayores, parte fundamental del respaldo social que Andrés Manuel tiene desde que gobernó la Ciudad de México, son parte toral de la estrategia.
Andrés Manuel adelantó cuatro meses el pago de la pensión para ocho millones de adultos mayores y reveló, también, que entre Jóvenes Construyendo el Futuro y las becas para niños con discapacidad llegarían a 10.5 millones.
También forman parte de esa nueva red electoral los pequeños comerciantes -en realidad vendedores informales- que tendrán un millón de créditos, los 200,000 nuevos campesinos que serán integrados al programa “Sembrando Vida” y otros 190,000 pescadores que recibirán apoyos directos.
Empleo temporal, voto permanente
Además del crecimiento de fondos para los programas clientelares, el presidente no canceló ninguna de sus proyectos insignes: el aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía, la construcción del Tren Maya y la edificación de la refinería de Dos Bocas.
Durante la última semana, diferentes líderes de opinión y especialistas recomendaron en el debate público que el mandatario eliminara tales proyectos para financiar, en su lugar, equipo médico, pagos a personal de Salud, insumos u otras necesidades ante la pandemia de Coronavirus.
Andrés Manuel no hizo eso y, por el contrario, mantuvo las obras con el pretexto de que estas generan empleos que servirán para enfrentar la crisis económica causada por la pandemia. En realidad, los empleados temporales engrosarán en dos millones -según el estimado de nuevos empleos- las listas de clientes electorales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Al final, de acuerdo con lo informado este domingo, Andrés Manuel López Obrador pretende generar un enorme y nuevo padrón de beneficiarios integrado por jóvenes, adultos mayores, campesinos, pescadores, trabajadores temporales, informales (llamados pequeños comerciantes por el presidente) y burócratas del gobierno federal que le permita sobrevivir al voto de castigo de 2021.
Si bien su aprobación ha caído -de 57 a 47 % según la última encuesta de GEA ISA-, aún no alcanza niveles ínfimos. Su base de apoyo se mantiene y la estrategia de clientelismo que ha anunciado tras el coronavirus incrementará el potencial número de votos en favor de Morena, además de que la movilización para el 6 de junio de 2021 quedará mejor estructurada en favor del partido marrón.