La calificadora Standard & Poor’s (S&P) redujo calificación soberana de México en moneda extranjera de ‘BBB+' a ‘BBB’, quedando en perspectiva negativa ante el impacto de la enfermedad COVID-19 y la caída en los precios del petróleo, mermando las proyecciones de crecimiento de la economía mexicana.
Esta agencia recortó la nota crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) a ‘BBB’, así como la nota soberana ilustrando la estrecha relación entre ambos. Los retrocesos en las calificaciones y el respaldo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, generan complicaciones financieras y en ambos casos se encuentran a muy poco de considerarse bonos especulativos.
La actual administración no ha logrado generar un ambiente de confianza para los inversionistas en el sector energético, y tras la baja en la calificación de S&P esta situación se agravará aún más. A esto se tiene que añadir la drástica reducción en los precios del petróleo a nivel mundial, la cual tendrá consecuencias para la industria y disminución en el Producto Interno Bruto (PIB) de México, del que se esperaba una recuperación en este 2020.
El barril del crudo Maya mexicano cayó a 12.92 dólares, su nivel más bajo desde 2002, según cifras de S&P Global Platts, cuando dos meses atrás, antes de que se desatara la pandemia, se ubicaba en 55.15 dólares. Asimismo, S&P estimó una caída de 2.2 % en el PIB en 2020 y una recuperación moderada hacia delante, reflejo de las pocas herramientas del gobierno para mejorar la confianza del sector privado y la dinámica de inversión.
Otro dato importante de la reducción en la calificación es que hace evidentes las debilidades de Pemex pese a los planes de rescate del gobierno federal, siendo un movimiento riesgoso continuar inversiones en proyectos no rentables como los propuestos por López Obrador.
Ante el desplome de los precios de la principal mezcla de petróleo en México a mínimos de 18 años, AMLO se encuentra en la disyuntiva de mantener su agenda energética nacionalista o tomar medidas impopulares para impedir que la deuda de Pemex caiga a categoría de bonos "basura".
Standard and Poor’s considera que Pemex y el gobierno soberano son lo mismo, a diferencia de las otras calificadoras como Moody´s; falta la opinión de esta última, aunque es muy probable que también revisen la calificación a la baja. De hacerlo se estarán mandando señales delicadas a los inversionistas sobre el poco atractivo para recibir inversiones nuevas, complicando la situación de la empresa paraestatal.