Tala Alamuddin, cuñada del actor George Clooney, puso patas arriba el internet hace una semana con su propia línea de mascarillas y desinfectantes en medio de la pandemia de coronavirus. Los usuarios se escandalizaron porque las lujosas "Le Masque" con estampado de leopardo, camuflaje o vaquero, por 33 dólares cada una, no estaban certificadas como productos sanitarios. Queda entonces la duda de que puedan realmente proteger del virus.
"Todas las ganancias de Le Masque se donarán a la Cruz Roja de Singapur para apoyar sus esfuerzos por ayudar a los afectados por el coronavirus", declaró Alamuddin en la página de su marca de complementos TALA.
Sin embargo, la declaración no convenció a algunos usuarios, que acusaron a la cuñada de Clooney de aprovecharse del tema de coronavirus.
El incidente ocurrió poco antes de que varias marcas de moda decidieran reorganizar su producción para satisfacer la excesiva demanda de los artículos sanitarios.
El coronavirus puso al descubierto los puntos débiles de los sistemas sanitarios de muchos países, que, aunque tenían presente la experiencia de China, no lograron prepararse para la lucha contra el "enemigo invisible" y no tienen suficientes mascarillas, ni siquiera para el personal médico.
Muchas de las marcas ayudaron con donaciones y algunas propusieron producir lo que falta en sus talleres y –que no se menosprecien sus esfuerzos– se trata de verdaderos artículos sanitarios.
El PERFUME DESINFECTANTE
Una de las personas más ricas del mundo, el francés Bernard Arnault, instruyó a su conglomerado LVMH (por sus siglas de Louis Vuitton Moët Hennessy) producir el gel hidroalcohólico para la sanidad pública.
La multinacional puso a disposición las instalaciones de las marcas de perfumería y cosméticos de lujo Christian Dior, Guerlain y Givenchy, las cuales, desde el 16 de marzo, suministran los desinfectantes gratuitamente a hospitales franceses.
LVMH se comprometió a realizar el trabajo "por todo el tiempo que sea necesario en coordinación con las autoridades sanitarias de Francia".
Además, el pasado sábado la empresa anunció que suministrará unos 40 millones de mascarillas importadas desde China en las próximas cuatro semanas.
MASCARILLAS
De manera similar, el grupo Kering, propietario de marcas de ropa lujosas, decidió contribuir a la lucha contra la pandemia.
Además de comparar 3 millones de mascarillas quirúrgicas en China, la empresa decidió organizar la producción de ese artículo en las instalaciones de las casas de moda Balenciaga e Yves Saint Laurent "respetando las más estrictas medidas de protección de la salud de su personal".
Kering indicó que la producción se puso en marcha tan pronto como las autoridades aprobaron los materiales y el proceso de fabricación.
Al igual que el propio coronavirus, la tendencia de reorientar la producción hacia el sector sanitario llegó a Rusia y el pasado viernes la empresa Bosco di Ciliegi, propietaria de unas 200 tiendas de lujo en el país, lanzó la producción de mascarillas en la ciudad de Kaluga.
La producción se realiza bajo la supervisión del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia.
VOLVER
El grupo Inditex, de Amancio Ortega, anunció la semana pasada que lanzará la producción de la prenda que vio nacer su imperio, la bata médica.
Si bien uno de los primeros artículos con los que Ortega empezó sus negocios en los años 60 fue albornoz, esta vez se trata de bata médica, aunque Inditex también fabricará guantes, calzas, gorros y protectores faciales de tipo sanitario.
La empresa propietaria de marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe ya donó 300.000 mascarillas a la sanidad pública española.
Además, la hija mayor del fundador de Inditex, Sandra Ortega Mera, anunció la donación de más de un millón de mascarillas, 5.000 trajes protectores y pantallas protectoras procedentes de China.
La situación de Inditex en bolsa empeoró al inicio de la semana pasada después de que la empresa cerrara sus tiendas como medida para prevenir el contagio con el coronavirus.
La cotización de sus acciones se desplomó de 32 euros a 20 euros tomando como referencia el mes de enero, sin embargo, en medio de las noticias de donaciones y reorganización de la producción, el precio de las acciones subió ligeramente.
Igualmente, en el caso de Kering y LVMH la cotización en bolsa se vio afectada por el coronavirus pero creció después de las declaraciones sobre la ayuda.
Parece que en la situación actual la reorganización de la producción beneficia a todos y, además de ser un acto generoso, se convierte en un salvavidas para las empresas. (Eugenia Khavronich)