Con futbol poco vistoso para el espectador pero muy efectivo, el Puebla ya se enrrachó y este sábado venció, en duelo correspondiente a la jornada 10 del Clausura 2020, a domicilio al Atlético San Luis por marcador de 1 a 0, con lo que ligó cuatro encuentros sin conocer la derrota, algo que no lograba desde el Apertura 2015, cuando dirigidos por Pablo Marini arrancaron el torneo con las mismas tres victorias y un empate, en un certamen en el que se logró la que es hasta el momento su última clasificación a la Liguilla.
Sin su capitán Christian Tabó, y con un estadio Alfonso Lastras a puerta cerrada, ambos equipos brindaron un partido de pocas emociones, con un primer tiempo en el que el primer aviso de peligro se dio a los 11 minutos y fue para la Franja, cuando Omar Fernández sacó un potente disparo de media distancia el cual fue ligeramente desviado por el portero Carlos Rodríguez, mandando el esférico al travesaño.
Al minuto 13, posterior a la gran atajada del capitán Rodríguez, en un tiro de esquina se abrió el marcador tras un gran centro de Omar Fernández, el cual fue desviado ligeramente por el mediocampista sanluisino Camilo Mayada, quedando la pelota de manera muy cómoda para el remate de Ángel Zaldívar, quien ya consiguió su segundo tanto en la presente campaña.
A partir del gol, el equipo dirigido por Guillermo Vázquez optó por hacerse con la posesión de la pelota y si bien se adueñó del juego, en ningún momento el equipo enfranjado se sintió incomodo, llegando incluso a presionar a su rival para que este se viera obligado a soltar la pelota mediante pases largos y cortar ese dominio del esférico.
En la segunda mitad los camoteros se tiraron atrás para defender sin la pelota, solo esperando el contragolpe que pusiera la estocada final al partido; pero el local, pese a defender bien esos embates de la Franja, no encontró la manera de tener una jugada clara a gol durante los últimos 45 minutos, solo quedándose en un tiro de larga distancia de Nico Ibáñez al 70 que se fue a las manos del uruguayo Vikonis.
La gran emoción del duelo llegó prácticamente cuando se había cumplido el tiempo reglamentario, cuando al minuto 90, en un centro por izquierda de Luis Reyes, Nicolás Vikonis salió por la pelota reteniéndola de mala manera escapándose de sus manos y quedando botando dentro del área chica, siendo despejada por su defensa sin problemas; pero en el intento del uruguayo por recuperar el balón cometió una falta sobre Ibáñez, la cual sería señalada con el VAR.
El propio Ibáñez fue el encargado de cobrar la pena máxima, pero la suerte no lo acompañó pues el portero enfranjado atajó el disparo del argentino, acto que reivindicaría el error cometido momentos antes y además terminaría por dar la victoria a su equipo.
Este resultado pone al Puebla con cuatro juegos sin recibir gol, convirtiéndolos como la mejor defensiva del torneo, y uno de los equipos más efectivos con 10 de 12 puntos posibles. Llegaron a 14 unidades y se treparon al décimo lugar de la tabla general.