El caso de violencia doméstica del delantero del América, Renato Ibarra, así como el caso de acoso presentado en Pumas y el hostigamiento sexual desde la tribuna hacia la jugadora de Chivas, Norma Palafox, han dejado en descubierto que en el futbol mexicano no hay protocolos contra la violencia de género.
Los clubes de la Liga MX no cuentan con algún plan al interior para concientizar y erradicar actos que atenten contra la mujer, por lo que casos como el de Renato Ibarra y el de Marco García se seguirán presentando mientras el futbol mexicano ponga manos a la obra.