Este 9 de marzo 2020, los principales indicadores de Wall Street abrieron con marcadas pérdidas como resultado de una combinación de factores de incertidumbre, entre los que destacan la caída en los precios del petróleo, donde el WTI y el Brent cayeron 21%, y la tendencia mundial de desconcierto por la expansión del coronavirus originado en China.
Wall Street retrocedió significativamente este lunes, por lo que inmediatamente después de iniciada la sesión los intercambios fueron suspendidos por 15 minutos para evitar una caída más drástica. La jornada abrió reportando una caída del Dow Jones de 5.83%, una baja del Nasdaq de 7.12% y el S&P 500 bajó 7%.
Una catástrofe bursátil se disparó después de la guerra de precios de petróleo entre Rusia y Arabia Saudita. Lo anterior se reflejó en una caída generalizada en los precios del petróleo a nivel mundial e hizo visible la fragilidad del sistema de acumulación global en estos momentos.
La petrolera saudí inició el domingo 8 de marzo 2020 una guerra de precios, donde bajó abruptamente de 3 a 4 dólares el precio por barril de su petróleo a algunos clientes, generando la caída generalizada. La caída acumulada en el petróleo entre el 6 de enero y la apertura del lunes 9 de marzo 2020 es de 47 por ciento promedio.
Dicha decisión unidireccional se dio tras el fracaso de la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la cual pretendía un recorte en la producción por parte de los integrantes, que mitigara la caída de los precios del petróleo producida por la incertidumbre del coronavirus.
Cabe resaltar que China es el primer importador de petróleo a nivel mundial, por lo que la importante caída de su demanda ante la emergencia sanitaria ha pegado de manera directa al mercado petrolero en todo el planeta.
Asimismo, la posible pandemia de coronavirus ha mermado la confianza de las personas en los diferentes gobiernos y su capacidad para hacer frente a las contingencias de esta magnitud. Por otro lado, ha regresado al debate la demanda por una salud pública ofrecida por el Estado y que en países como Estados Unidos es casi inexistente.
Lunes negro dará una sacudida de gran magnitud y va a cambiar de modo importante las ecuaciones políticas y sociales en todo el mundo. En el caso de Estados Unidos, una crisis económica podría redefinir completamente las perspectivas de la reelección de Donald Trump, puesto que su principal argumento de campaña es el buen desempeño económico.