Los primeros cinco casos del nuevo coronavirus despertaron en México recuerdos de la angustia de 2009 y 2010, cuando la influenza causada por el virus H1N1 contagió a 75,000 personas y provocó más de 1,300 muertes, un pánico colectivo que se debe impedir, según especialistas consultados por Sputnik.
"Hay que tomar medidas preventivas, tanto en higiene personal como en comunidades, sin caer en el pánico y no crear temor generalizado", señaló a Sputnik el médico Mario Rosas, especialista en salud pública de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Las autoridades y expertos en salud pública insisten en que la población debe estar vigilante y tomar medidas preventivas, pero mantener la calma.
Desde el fin de semana pasado, cuando se confirmaron los cinco contagios importados de Italia, "se han detectado muy pocos casos, se han tomado las medidas de aislamiento y se han activado los protocolos correspondientes", explicó el experto de la universidad de la capital de Jalisco.
Una semana después de detectado el primer caso, un hombre de 35 años que regresó de Italia y que ya fue dado de alta, hay 35 personas bajo observación mientras se descartó el contagio en otras 143.
Dos casos fueron confirmados en la capital mexicana, los otros tres corresponden al estado de Chiapas y a Sinaloa y Coahuila, informó la Secretaría de Salud.
"Este año son cifras muy diferentes, que muestran una evolución muy distinta frente a lo que tuvimos en 2009, cuando México fue el centro de la epidemia y rápidamente se dispersaron los casos", explicó Rosas.
La estabilización en la cantidad de casos y el mensaje de tranquilidad gubernamental contrastan con las compras de tapabocas y sustancias de desinfección en supermercados y farmacias, que agotaron las existencias a principios de la semana, obligando a abrir una investigación oficial para determinar si hay acaparamiento.
En cambio, en abril de 2009, el entonces presidente Felipe Calderón confirmó la epidemia de H1N1, aplicó un plan de acción que incluyó la suspensión de actividades escolares durante dos semanas y canceló la atención en oficinas públicas.
En aquella época, el actual canciller Marcelo Ebrard era el jefe de gobierno de la Ciudad de México y ordenó a todos los restaurantes y centros nocturnos cerrar durante 10 días para evitar nuevas infecciones.
Contener el pánico
La Procuraduría Federal del Consumidor informó de un aumento inexplicable y desmedido en los precios de productos médicos demandados por el público.
La dependencia federal abrió investigaciones preliminares contra ocho empresas, entre ellas la cadena de supermercados de origen estadounidense Walmart.
"Se realizan recorridos de supervisión por principales cadenas de farmacias, tiendas de conveniencia y en centros comerciales" para detectar abusos, informó la entidad en un comunicado.
Las autoridades vigilan la evolución de los precios y la oferta de tapabocas y desinfectantes, gel antibacterial, cofias, guantes de látex, vitamina C, antigripales, toallas húmedas y termómetros, entre otros productos.
Rosas observó que "se trata de una reacción entendible, sobre todo entre las personas que vivieron lo ocurrido con el H1N1 hace 10 años, pero hasta ahora la evolución del COVID-19 ha sido diferente en este país".
El coordinador del programa de Investigación en Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México, Samuel Ponce de León, dijo a Sputnik que "hasta ahora todo está funcionando como debe ser: tenemos diagnosticados a nuestros pacientes iniciales, se están estudiando correctamente y se están vigilando".
Las acciones tomada por las autoridades configuran "una respuesta oportuna y correcta, aunque no sabemos con precisión lo que va a pasar más adelante", agregó Ponce de León.
Diez años atrás, el ejército salió a las calles para distribuir mascarillas y el Ejecutivo solicitó "facultades extraordinarias" para autorizar el ingreso a domicilios, regular el transporte público, suspender la realización de actividades masivas y poder efectuar compras discrecionales sin necesidad de licitación previa.
El entonces presidente Calderón decretó un feriado nacional del 1 al 5 de mayo, para frenar la proliferación del virus.
Por la epidemia de influenza H1N1, la economía mexicana sufrió una pérdida equivalente a 1% del Producto Interno Bruto de 2008, es decir unos 9,000 millones de dólares de la época.
Esta vez las autoridades han advertido que el peor de los escenarios es que el COVID-19 afecte a unas 300,000 personas (0,2% de la población), de las cuales 20% requerirían hospitalización, según el Centro de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.
Rosas, autor de un manual sobre prevención en salud pública, explicó que "esas son estimaciones, que se hacen necesarias para tomar las medidas preventivas".
Sin embargo, hasta ahora "no parecen existir condiciones para decretar una emergencia sanitaria, una medida que debe tomar el Consejo de Salubridad General", añadió.
Una encuesta publicada esta semana por la firma Indicadores, señala que la preocupación de los entrevistados por la inseguridad es mayor que la que despierta el nuevo coronavirus.
Más de la mitad de los 300 encuestados (59%) están "preocupados por la inseguridad", frente a 35% que se consideran "alarmados" por el COVID-19.