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En los últimos días se ha hablado mucho en México sobre la posible aplicación de la pena de muerte a algunos delincuentes, opción que ven viable un número considerable de legisladores ante los altos índices de delincuencia en el país.
No obstante, para el diputado local de Morena, Gabriel Biestro Medinilla, la aplicación de la pena de muerte es una “aberración”, mostrándose totalmente en contra de la aplicación de este castigo, debido a que no se han corregido los errores para la impartición de justicia.
En entrevista con Imagen Poblana, Biestro Medinilla puso de ejemplo a los países escandinavos, que sin la pena de muerte tienen bajos índices de inseguridad, caso contrario a Texas, donde sí hay pena de muerte y la delincuencia sigue siendo un gran problema.
Por este motivo, sentenció que la pena de muerte no es una garantía para bajar los índices criminales en el país, señalando que la violencia y la inseguridad en México son multifactoriales y el principal problema radica en la impunidad.
En este tenor, el legislador morenista dijo que los delincuentes saben que si son detenidos van a ser liberados rápidamente, pues en muchas ocasiones los agentes del Ministerio Público y la misma policía no están capacitados para llevar bien ese caso.
Además, resaltó que por muchos años integrantes de los cuerpos de seguridad han estado coludidos con delincuentes, por lo que se debe hacer una limpieza profunda que lleva a otro problema, pues pocas personas se interesan en ser policías.
Gabriel Biestro manifestó que debido a la mala paga, el mal equipamiento y los malos entrenamientos, nadie quiere tomar la profesión de policía, pues consideran que están arriesgando su vida por muy poco.
Mencionó que los mismos policías honestos tienen miedo tras detener a un delincuente, pues cuando logra su libertad les lanza amenazas que les hace temer por su vida.
En este tenor, insistió que se necesita un cambio profundo en la impartición de justicia, que va desde el evitar revictimizar al agraviado, hasta revertir la corrupción que priva en los cuerpos policíacos, encomienda que no es nada sencilla, pues trae una inercia de muchos años atrás.
