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La “profesionalización” del futbol femenil en México en 2018, le abrió la puerta a historias increíbles de cómo, con tal de alcanzar el sueño de jugar en la Liga MX Femenil, muchas jugadoras se han tenido que sobreponer prácticamente a todo.
Este jueves, la poblana Mirelle Arciniega se enteró que, gracias a su buen rendimiento con el Puebla Femenil, fue convocada a la Selección Mexicana mayor para disputar la Copa Chipre, donde enfrentarán a su similar de Croacia, República Checa y Eslovaquia.
Sin duda esta convocatoria es un premio a la entereza con la que afronta cada día y con la que sortea los retos que se le presentan. La atacante de 27 años sabrá lo que es pasar de jugar en Chipilo en el equipo de su padre que era para únicamente para niños, a medirse a potencias europeas en la próxima gira.
Pero para lograrlo Mirelle ha tenido que recorrer un camino largo. Ella ha sabido contar que su día comienza desde 5:30 de la mañana, cuando empieza su labor de madre soltera; preparar a su hijo para llevarlo a la escuela, y después ir a los entrenamientos con las Franjitas hasta las canchas del Complejo Los Olivos.
Y como en la Liga MX Femenil los salarios son muy bajos, la mayoría de futbolistas debe buscar alguna otra forma de sustentarse, por lo que Arciniega, termina sus prácticas matutinas y debe ir por su hijo al colegio para después atender su escuela de futbol, en la que recibe a pequeños que como ella lo hizo alguna vez, sueñan con el máximo circuito.
Esto que le ha pasado a la mediocampista deberá ser tomado como ejemplo para todas aquellas y aquellos que encuentran muchas dificultades en el trayecto que recorren para alcanzar sus sueños, de cómo afrontarlas y que todo sacrificio siempre tiene una recompensa.
