Hace unos días, Imagen Poblana evidenció diversas irregularidades al interior de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio de Puebla (SSC), cometidas por el director del Centro de Estrategias e Investigación en Seguridad Pública y Política Criminal, Aníbal Ramírez Guzmán.
Pues resulta, amable lector, que fuentes bien informadas han revelado a esta casa editorial otras mañas que tiene el llamado "doberman" de la SSC, que han provocado mucha molestia entre elementos del Centro de Estrategias.
Le cuento. Dicen los enterados que Ramírez Guzmán se ha convertido en un auténtico dictador al interior de la dirección a su cargo, lo que ha permeado a otras áreas de la dependencia municipal a cargo de la seguridad de la Angelópolis.
El "doberman" se siente, literalmente, dios en el poder y la muestra es la manera en la que decide qué elemento recibe los estímulos del Fortaseg y quién se queda con las manos vacías. Obviamente, nadie sabe dónde va a parar el dinero que se “guarda” y que corresponde a los elementos que no le caen bien.
Ramírez Guzmán, afirman, tiene tendencias a la bipolaridad, pues puede ser de momento comprensivo y luego un auténtico dolor de cabeza especialista en acoso laboral, escuela que trae de Manuel Alonso García, extitular de la dependencia y que aún tiene infiltrados en la nueva administración que ya hasta líderes de células son.
El “doberman” hace y deshace a su antojo y toma papeles que no corresponden a su puesto totalmente administrativo, pues cuentan que dentro de su desfasada mente le da por acudir a operativos con uniforme táctico, sintiéndose todo un agente de la DEA o del FBI.
Y eso no es lo peor, Ramírez Guzmán va a estos operativos incluso con la cara pintada al estilo Rambo, es decir, camuflado…
Los que lo conocen, afirman que a Ramírez Guzmán le gusta la fiesta y la muestra es que en su época como poligrafista de la Academia Ignacio Zaragoza se presentaba a trabajar en malas condiciones, eso sin contar las veces que se metió a supermercados a comer papas y botanas en los pasillos de estos establecimientos.
No lo decimos nosotros, lo dice la gente que lo conoce de cerca y que ha sufrido en carne propia su prepotencia.
La fuente que revela estas linduras del “doberman” también menciona que no se le ha quitado el gusto por los bacanales, ya que aún son constantes las conocidas “francachelas” organizadas por él.
Lo peor de esto es que a estas “bonitas” reuniones, donde apesta a todo tipo de comida, también acude cierto alto mando que siempre quiere salir en las fotos de la SSC, además de personal jurídico que curiosamente a los pocos días ya está trabajando de “analista”.
Lo anterior deja al aire una sospecha por parte de varios trabajadores de la dependencia, pues cuentan que la SSC colocó unos chips tipo GPS a diversos celulares que se ofertan en tiendas como Elektra y Coppel, de las más asaltadas en la capital, a fin de detectar dónde terminan los smartphones que son robados.
Resulta que el “doberman” siempre pide que le den a él primero la información sobre los celulares robados y un analista descubrió que cuando esto sucede, curiosamente los delincuentes no caen. Caso contrario cuando este personaje no tiene acceso a la información, pues se tienen operativos exitosos.
Y todos nos preguntamos, ¿acaso la secretaría Lourdes Rosales no tiene conocimiento de esto?
Es increíble, preocupante e indignante que en tiempos tan complicados en materia de seguridad, personajes como Ramírez Guzmán tengan en sus manos la inteligencia en seguridad de la cuarta ciudad más importante del país.
Ahí se lo dejamos de reflexión, secretaria Rosales Martínez.