El PHASA-35 está diseñado para convertirse en algo intermedio entre los aviones y los satélites: puede alcanzar una altura de vuelo de 21,000 metros, aseguran sus desarrolladores.
El pseudosatélite PHASA-35 (Persistent High Altitude Solar Aircraft 35) de la compañía británica BAE Systems, se alimenta por energía solar. Las pruebas se llevaron a cabo en el Campo de Experimentación de Woomera en el sur de Australia con el apoyo del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido (DSTL) y la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología de Defensa (Dstg), según el sitio web del desarrollador.
El dron se construyó en 20 meses, tiene una envergadura de 35 metros, está diseñado para volar a grandes altitudes (hasta 21,000 metros), es capaz de monitorear y detectar incendios forestales y observar el mar. El tiempo de suspensión en vuelo puede alcanzar varios meses o incluso un año.
El aparato es capaz de transportar hasta 15 kilogramos de carga útil (sistemas de socorro en casos de desastre o equipos para misiones científicas o para proporcionar comunicaciones a áreas de difícil acceso). Se prevé que conectado a otras tecnologías y recursos brinde a los clientes militares y comerciales capacidades que los dispositivos existentes en la actualidad no poseen. Tras las pruebas de vuelo la intención es comenzar a suministrar drones a los clientes. El próximo vuelo de prueba de PHASA-35 está programado para finales de 2020.