Un aparato pirotécnico detonado en Colorado (Estados Unidos) el pasado 8 de febrero entró en las páginas del libro Guinness de los récords como el más grande del mundo.
La pieza de pirotecnia pesaba poco más de 1.268 kilogramos y subió a una altura de más de un kilómetro y medio antes de explotar en el cielo. Su armazón tenía un grosor de unos 17 centímetros, mientras que su diámetro superaba 1,6 m.
El récord anterior había tenido lugar en los Emiratos Árabes Unidos el primero de enero de 2018. En aquella ocasión, un fuego artificial de 1.087,26 kilogramos fue detonado sobre la isla Al Marjan. Steamboat Fireworks, la empresa responsable de la hazaña estadounidense, ya había intentado romper el récord establecido por los árabes, sin éxito.
Con los datos recopilados a partir de la experiencia fallida llevada a cabo en el 2019, el grupo realizó un par de cambios significativos en la estructura de la pirotecnia y, así, logró romper el récord. Esto fue reconocido inmediatamente por un representante del libro Guinness presente en el lugar.
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