Sobre el crecimiento o no del PIB

Sobre el crecimiento o no del PIB

Si nos atenemos a las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática el producto interno bruto decreció en el último trimestre de 2019 en 0.3%, lo que da como resultado una contracción de la economía durante el año pasado de 0.1%, aunque los especialistas con mayor o menor carga ideológica y colocados en la disputa política en curso, esperaban una caída del doble o más.

 

Colocados en la tesitura de la disputa lo que más importa es la proclamación del fracaso de la política económica del presidente Andrés Manuel. Y el principal inquilino de Palacio insiste en el “Tengo otros datos” para sacar de quicio a sus detractores y protegerse del alud de críticas que están en curso, con la explicación reiterada de que “es muy importante que haya una mejor distribución del ingreso y que los beneficios lleguen a todos. Eso es lo que me tiene tranquilo, porque abajo hay más capacidad de compra, no hay crisis de consumo. Me importa mucho la economía familiar. Ahora, como hay más dispersión de recursos para la gente pobre, están teniendo posibilidad de comer mejor”.

 

Cierto es que son dos visiones de las que se derivan lecturas contrapuestas, pero bajo ninguna consideración política o ideológica –como también lo apunta el columnista Carlos Fernández-Vega, hombre cercano a la Cuarta Transformación–, es recomendable subestimar el decrecimiento económico así sea en una décima, aunque el clarividente de Héctor Aguilar Camín ya dio por hecho que será del doble o más, confundiendo con frecuencia sus deseos presentados como análisis los lunes en Es la Hora de Opinar, un monólogo de tres con la voz discordante de Javier Tello.

 

Por fortuna en plena disputa aparecen economistas muy críticos de la 4T que superan las visiones excluyentes del blanco y negro y los mezclan con el resultado de la escala de grises que arroja juicios harto interesantes.

 

Macario Schettino, por ejemplo, en su Fuera de la caja, valora que la contracción económica sea de 0.1% y no del esperado 0.2% porque esa pequeña diferencia puede significar un crecimiento de 1% de la economía en diciembre pasado.

 

Y si el tema se aborda y mide en dólares, asegura Luis Miguel González, con la apreciación del peso en 3.9% durante 2019, el resultado es un crecimiento económico neto y pide que “por favor no se lo digan a AMLO”, como si el presidente no contara con información y asesoría suficientes. Sólo el muy respetado Sergio Aguayo, pero a la vez injustamente perseguido por Humberto Moreira y su juez a modo, se atrevió a sostener en Primer Plano (Canal 11) que Obrador “no tiene intelectuales orgánicos”.

 

Enrique Quintana –conductor crítico del noticiario Enfoque a principios de los 90 y ahora prominente funcionario de El Financiero–, dijo en Coordenadas que el decrecimiento económico de 2019 no resultó tan mal como se anticipaba, de 0.3%. Además de que en los últimos meses del año pasado el PIB “ya no cayó, como en la primera mitad del año, sino que se mantuvo estable”; y además lo presenta como un hecho.

 

Primer semestre de 2019 significado, a juicio de Quintana, por un periodo de gran incertidumbre y falta de definiciones, derivado del arranque del gobierno, de los cambios profundos en la operación que está haciendo esta administración, y de la incertidumbre que existía respecto al futuro del Tratado México, Estados Unidos, Canadá. En tanto que Fernández-Vega subraya lo que muchos analistas subestiman u ocultan en forma deliberada, que la desaceleración económica comenzó en el segundo trimestre de 2018 y pasó la factura al gobierno de la 4T.