.gif)
El pasado 18 de enero se cumplió un año de la explosión de un ducto en la localidad de Tlahuelilpan, Hidalgo, que dejó como saldo un total de 137 muertos, hecho que no ha sido aclarado por el Gobierno Federal.
Previo a esta tragedia, cientos de pobladores de la zona acudieron al llamado para aprovechar el ducto fracturado por huachicoleros para recolectar gasolina, en una acción totalmente ilegal y que llevaba un grave riesgo para los que llevaban a cabo este robo.
Incluso, elementos del Ejército Mexicano pidieron a las personas que estaban recolectando la gasolina que se alejaran del lugar, pues estaban llevando a cabo un delito y corrían peligro ante una posible explosión.
Pero los militares fueron ahuyentados por los pobladores y la tragedia anunciada se hizo realidad cuando una llama generó una enorme explosión que atrapó a centenares de personas, entre las que incluso había niños.
Las imágenes fueron dantescas. Hombres y mujeres envueltos en llamas corrían despavoridos tratando de apagar el fuego que consumía sus cuerpos, algo que muchos no lograron, encontrando una muerte por demás dolorosa.
Lejos de aclarar el asunto y encontrar a los culpables de este terrible suceso, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador justificó la acción de las personas que robaban el combustible e incluso las catalogó como mártires, pese a que estaban cometiendo un delito.
Además, prometió apoyos a las familias afectadas por esta explosión y tras un año de la tragedia, se develó una placa en memoria de las víctimas, haciendo mártires a las personas que cometieron un delito y pagaron graves consecuencias.
La negligencia del Gobierno Federal en este y otros casos de robo de hidrocarburos ha generado molestia, sobre todo porque luego de un año no se ha capturado a los responsables de la ruptura del ducto y, por supuesto, no se han entregado los apoyos prometidos.
En cambio, Hidalgo se mantiene como uno de los estados con mayor robo de combustible y los “huachicoleros” responsables de la tragedia de Tlahuelilpan siguen libres, mientras la Cuarta Transformación se dedica a justificar lo injustificable y hace mártires a personas que negligentemente pusieron en riesgo su vida y la perdieron.
