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Ha quedado comprobado que el peor enemigo del PAN está al interior de este partido. Su nombre es Genoveva Huerta Villegas, dirigente estatal del blanquiazul, quien parece haber emprendido una campaña para generar fracturas en Acción Nacional.
Contrario a abonar a la unidad y darle espacio a todas las voces del panismo, Huerta Villegas ha mostrado una actitud beligerante que se ve reflejada en la destitución de Amparo Acuña como secretaria de Promoción Política de la Mujer, pese al gran trabajo que llevaba a cabo.
La semana pasada, Amparo Acuña emitió un comunicado donde mostró su sorpresa por la decisión unilateral de Genoveva Huerta, quien previamente incluso la había felicitado por su labor, destacando que al parecer, el mayor argumento de la dirigente estatal para destituirla es ser la esposa de Jesús Zaldívar, líder del PAN en la capital.
Es de todos conocido que Genoveva Huerta operó al interior del PAN en contra de Zaldívar Benavides, quien no es parte del grupo político de la presidenta del blanquiazul en el estado, para que éste no llegara a la dirigencia municipal.
El coraje de Genoveva Huerta hacia Zaldívar es evidente, pues impulsó a Eduardo Alcántara en la contienda interna del PAN Municipal, otorgándole incluso recursos del blanquiazul a través de contratos como proveedor de “cursos”.
Contrario a lo que se espera de un líder partidista, Genoveva Huerta se presenta como el agente de fractura en el PAN, pues parece estar decidida a dejar fuera del camino a los personajes que sí trabajan por el partido, a fin de imponer a sus incondicionales de cara a las elecciones de 2021.
Otro de los ejemplos de tiranía por parte de Genoveva Huerta es la destitución de Mónica Rodríguez Della Vecchia como coordinadora del PAN en el Congreso del Estado, imponiendo a su incondicional Oswaldo Jiménez, perfil que quiere impulsar para la candidatura a la alcaldía capitalina.
Ante estos atropellos de Genoveva Huerta, liderazgos del PAN como Eduardo Rivera Pérez, Pablo Rodríguez Regordosa, Ana Teresa Aranda y Humberto Aguilar Coronado, han levantado la voz para exigir a la “líder” parar con estos ataques contra panistas que no son de su grupo.
Incluso, Mónica Rodríguez Della Vecchia calificó estas decisiones de Genoveva Huerta como violencia política de género. Se menciona que estos y otros atropellos hacia panistas poblanos ya están documentados por el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés.
La molestia en el PAN contra Genoveva Huerta es más que evidente y parece que la “líder” panista está decidida a fracturar lo que sea con tal de imponer a sus incondicionales de cara a 2021.
