¡Buen 2020 para usted! Reanudo la hechura de Utopía después del descanso obligado aunque no fue para hacer adobes, en este caso sumamente placenteros: leer, escuchar conciertos, tomar café con amigas, ver películas y dormir un poco más de lo habitual.
Hoy le comparto en este espacio en donde los lectores tienen un lugar protagónico contra la extendida costumbre en sentido opuesto, la opinión del periodista Guillermo Buendía sobre un texto publicado aquí.
Va, pues, el aporte de Buendía Hernández sobre “Más preguntas que respuestas. http://www.forumenlinea.com/index.php/utopias/998-utopia-2200-mas-preguntas-que-respuestas-13-xii-19
“¡Hola estimado Eduardo! Después de la difusión de la noticia de la detención de Genaro García Luna, siguió una ola de comentarios en artículos publicados, con diversos enfoques que dieron perspectiva de las consecuencias políticas entre la ‘clase política’ de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Un artículo me llamó la atención firmado por Ana María Salazar, la experta en seguridad nacional y asesora en esta materia del expresidente (William) Clinton.
“En una ocasión, en tu mesa del GMC (Grupo María Cristina) hice el comentario sobre el libro de esta maestra, en términos no muy favorables por la ‘pobreza’ argumentativa.
“Ahora, en defensa del ‘súper-policía’ dice que se echan a perder décadas y recursos públicos para la construcción de una policía civil que hubiera desmilitarizado el combate al narcotráfico. Se le ‘olvidó’ que precisamente quien militarizó esta ‘guerra’ fue el presidente Calderón y que la policía civil, que dirigía García Luna, infiltrada y corrompida por los sobornos del narco, siguió sirviendo para la recomposición de los cárteles de la droga. Y los servicios de inteligencia norteamericanos perfectamente tenían documentado estos nexos, y la entrevista del procurador americano con el presidente AMLO (Andrés Manuel López Obrador), dos días antes de la detención, no ha de haber pasado sin el trato del alto nivel.
“La maestra Salazar como otros analistas trata de hacer ver conspiraciones de venganza política, cuando esos mismos exigen ‘cabezas’ en la picota de la 4T (Cuarta Transformación). Esa detención debe insertarse en la lucha por desmantelar los cárteles de la droga que operan en ambos lados de la frontera norte. El arresto es una cuestión de seguridad nacional, y es un asunto de las complejas relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. Esta detención se ha relacionado con el juicio de (Joaquín) Guzmán Loera: entonces faltan otros personajes cuyos nombres salieron a relucir como beneficiarios de sobornos. Hasta el ‘honorable’ notario (Ignacio) Morales Lechuga pidió que el Estado mexicano le pagará un abogado para su defensa.”
Es aquí donde adquiere suma importancia el señalamiento presidencial hecho desde Palenque, Chiapas, con motivo del mensaje de fin de año, en el que sostuvo que delincuentes como Joaquín (el Chapo) Guzmán tuvieron en su momento el mismo poder e influencia que el presidente de México. Y el viernes 3 precisó desde Palacio Nacional durante la mañanera que la prueba es el caso de García Luna, quien “estaba a cargo de la seguridad, era la mano derecha (de) Calderón”.
En efecto, mientras no se desmantele el entramado del contubernio entre autoridades civiles y militares con los consorcios criminales no habrá avances sustantivos en la pacificación del país. E igualmente, mientras la sociedad no ocupe un lugar protagónico en esta tarea decisiva para el presente y futuro de los mexicanos.