En estas últimas semanas ha estado sonando la noticia del hallazgo probable de un mega yacimiento de Litio en el estado de Sonora, por lo que ya colocan a México como una potencia del energético del futuro. ¿Seremos potencia?
El Litio es un elemento metálico blanco, muy reactivo y ligero, excelente conductor por lo que se utiliza mayormente en la fabricación de baterías para microcomponentes como relojes o celulares, también en automóviles eléctricos. Se usa igualmente para producir vidrio, cerámicas, aluminio, lubricantes, polímeros; en la industria militar y en la química farmacéutica, porque hasta los analgésicos llevan este mineral.
En los últimos 10 años ha crecido casi 500% el mercado de litio. Tan sólo en 2016 se produjeron 40 mil toneladas a nivel mundial, este año se espera cerrar en 70 mil y para 2020 se estima alcanzar las 160 mil. Igualmente, el precio se ha elevado entre 25 y 40% a tasa anual. Los principales consumidores son Estados Unidos y China y el aumento de la demanda está relacionado con una mayor producción de celulares y automóviles.
El litio se puede obtener de salmueras (salinidades), pegmatita (roca dura) o arcillas. Por los costos de producción, es más conveniente obtenerlo de salmueras. Hasta ahora las mayores reservas del continente se ubicaban en el triángulo Bolivia-Chile-Argentina. De hecho, el salar boliviano era el yacimiento más grande. Tiene reservas probadas (certificadas) por 20 millones de toneladas, lo que lo convierten en las más grandes del planeta. No obstante, el yacimiento de Sonora podría tener hasta 243.8 millones de toneladas. La diferencia es que aún no están probadas, solamente son posibles y probables.
La capacidad de una mina sobre las reservas depende de diferentes estudios, cuando han pasado diversos métodos decimos que se trata de reservas probadas; pero cuando hablamos de potencialidad, nos referimos a aproximaciones realizadas por métodos estadísticos (probables) y matemáticos (posibles). Cuando aún no son probadas las reservas de un yacimiento, es un buen momento para invertir, con el riesgo de que el potencial sea realmente menor o se compruebe el volumen y con ello se aumenta la ganancia. A nivel mundial la especulación sobre los yacimientos de litio es muy alta y es poco el volumen realmente certificado (ver gráfico 1).
En el caso del yacimiento de Sonora, son tres las empresas que están asociadas: Bacanora, Sonora Lithium y Ganfeng de origen canadienses y china. Esta última recientemente firmó la sociedad en julio pasado y es de las más grandes y con mayor experiencia en obtención de litio en el mundo. Las mineras canadienses iniciaron la etapa exploratoria en 2016 y, de comprobarse las reservas, para 2022 podrían estar produciendo 35 mil toneladas.
Elaboración propia con datos de Mineral Commodity Summaries y Mining Technology
Dado que se piensa que los automóviles eléctricos sustituirán a los de combustión de carbono, el litio es llamado el petróleo del futuro. Robots y sistemas computacionales funcionarán con litio por lo que la 5ª Revolución Tecnológica se sostiene en este material. Estados Unidos y China están ya sobre el mineral para asegurar su suministro para los próximos años, por tanto, se esperan fuertes inversiones en el país para extraer y procesar litio, incluso el Secretario de Medio Ambiente, Victor Manuel Toledo, ha puesto sobre la mesa construir una fábrica de automóviles eléctricos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, el neoliberalismo entregó la industria minera a transnacionales y les dio regímenes fiscales preferentes. Hoy una empresa minera paga entre 0.5 y 0.7% de sus utilidades como participación; sumando los impuestos sobre la renta, la carga fiscal no llega a 1%. Es decir, usted y yo pagamos más impuestos, de forma proporcional, que las mineras, es una forma de neocolonialismo. Estas mismas empresas, en Canadá, su país de origen, pagan hasta 47% de impuestos.
Por otro lado, México es el país a nivel mundial con mayores conflictos con la minería, sea por problemas ambientales o laborales. La extracción del Litio en Sonora se realizaría mediante la técnica de minería a cielo abierto que implica lixiviar el terreno (degradar el suelo para generar cráteres cada vez más profundos), esto daña y desertifica el suelo, contamina el agua superficial y subterránea y libera en la atmósfera un “polvillo” que contamina terrenos cercanos, dañando flora y fauna. Además, la obtención de carbono de litio implica un uso excesivo de agua para los procesos de filtrado, caldera y enfriamiento, lo que avizora una lucha entre las empresas y las comunidades por este recurso.
Es urgente que este gobierno revise las cargas fiscales de las mineras y asegure una participación de las ganancias para las comunidades; elabore y vigile protocolos más estrictos en términos ambientales y limite la extracción de los minerales anteponiendo siempre el beneficio de las comunidades.
Deseo a tod@s l@s lector@s felices fiestas de fin de año y que el próximo sea de prosperidad. La semana siguiente tomaré un descanso, pero volvemos en 2020. ¡Qué no muera la esperanza ni el combate ni el amor!
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos