“Devotos” guadalupanos: salen llenos de fe y después abandonan a sus perros

“Devotos” guadalupanos: salen llenos de fe y después abandonan a sus perros

Foto: Enfoque

Además de llevar su fe a cuestas, algunos peregrinos se hicieron acompañar de sus perros a la Basílica de Guadalupe; sin embargo, durante su retorno abandonaron a sus “amigos” de cuatro patas. Después del 12 de diciembre, se contabilizan 29 canes “olvidados”, que ya son atenidos por diferentes asociaciones protectoras de animales.

 

Cada año, las mascotas siguen a los peregrinos desde diferentes estados o puntos de la misma Ciudad de México (CDMX). No obstante, los fieles, aquellos que ruegan a la virgen por un milagro o dan gracias por su salud y las de sus familias, abandonan intencionalmente de sus perros.

 

Los canes son abandonados a su suerte. Temerosos y tristes al ya no ver a sus familias humanas, son rescatados por animalistas, quienes los alimentan, esterilizan y posteriormente ingresan a jornadas de adopción en busca de una familia que esté dispuesta a cuidarlos y nunca más dejados a su suerte.

 

 

La mayoría de los peludos son hallados con cuadros de deshidratación o heridos, esto de acuerdo con los propios rescatistas que afirman que cada año dicha situación se vuelve más evidente y se agrava, pese a los constantes llamados para evitar el abandono de perros.

 

Al respecto, recientemente el alcalde en Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, informó que 29 perros fueron abandonados por los peregrinos que acudieron a la Basílica de Guadalupe este 11 y 12 de diciembre.

 

Agregó que ante tal situación, las autoridades optaron por lanzar una campaña de concientización para evitar el abandono de canes, pero tal parece que la misma no funcionó, pues algunos católicos regresaron a sus hogares sin sus fieles amigos.

 

En 2014, a través de la plataforma Change.org se hizo una petición dirigida a Monseñor Enrique Glennie Graue, rector de la Basílica de Guadalupe, para que emitiera un comunicado mediante el cual solicitar a los feligreses no hacerse acompañar de sus perros, a fin de evitar el abandono de los mismos.

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