Desde antes de poner el paño, los dados no sólo ya estaban cargados, sino tirados. Como se acostumbra en la semántica oculta de la Cuarta Transformación, el doble lenguaje no iba a estar ausente en el mensaje diplomático, faltaba más. Las naves estaban entregadas desde antes de zarpar.
Ese doble lenguaje, tan asimilado y hasta aplaudido por los fanáticos del nuevo y viejo régimen. Esa serie de cosas en las que ya nadie se toma ni la molestia de reflexionar, esa costumbre ranchera de dar todo por ganado, cuando en realidad no ha pasado ni por la prueba de los dichos. Nadie de verdad, ni de entre los amlovers, tan dados a pasar por alto todo lo que se pueda, aunque se deba.
Y es que el fiscal estadounidense, William Barr, llegó a México sin valija. Vino él solito, porque sabía que iba a triunfar por todo lo alto, sin capote y sin estoque. Semanas después de que el de la peluca anaranjada amenazara con considerar a los delincuentes del narcotráfico mexicano como agrupaciones terroristas, Barr vino a recoger la cosecha.
Barr siempre estuvo seguro de ganar la partida, absolutamente. Pero se llevó más de lo esperado. Llegó a asaltar en despoblado, como cacique acostumbrado a la rendición del interlocutor. Así somos. Y así quedamos. Ha dejado vacía la tienda de este lado. Ahora nadie se explica qué podamos vender, ni que podamos pedir.
Ni tenochcas ni gabachos pueden con los compromisos
Del lado tenochca, el planteamiento ingenuo de los términos de la supuesta negociación estaba decidiendo la conclusión de las pláticas. Pedimos que la injerencia podía darse, siempre y cuando los Estados Unidos garantizaran que iban a parar el tráfico de armas y de dólares hacia los grupos de la delincuencia organizada.
Esto, como bien lo sabe hasta un niño de teta, es imposible. Por la sencilla razón de que ambas actividades no las controla el aparato político gabacho. Salen de su control y de su esfera. En los últimos 240 años ningún Presidente gringo ha podido con este tema. Es demasiado pueril caer en el garlito.
Por el lado gabacho, Trump pide que el Estado mexicano combata a las organizaciones delincuenciales que amenazan la estabilidad del otro lado de la frontera. Pide que se ayude al gabacho a disminuir el consumo de drogas, estupefacientes, anfetaminas y precursores, a sabiendas de que esto no es obligación del gobierno mexicano.
Esa es una facultad reservada a la soberanía de allá. A sus aparatos de súper vigilancia de sus fronteras. La producción y la distribución del material dentro de nuestro territorio sí es atribución de nosotros. Lo demás, no. El Estado mexicano no puede ni debe subrogarse en una atribución propia de la soberanía de los Estados Unidos.
Problema incontrolable. En ambos lados han cerrado los ojos
Cualquier estudiante de cajoncito de la materia de relaciones internacionales lo sabe. No es preciso ahondar en el tema. Lo que pasa es que está sacado de contexto. Ni pedir que cese el tráfico de armas o de dólares, ni pedir que eliminemos la posibilidad de exportación de drogas, era materia de ningún acuerdo.
Está mal planteado. Estaba y estará por los siglos de los siglos. Aunque las autoridades mexicanas pretendan ignorar el horizonte del asunto que nos ocupa. El problema se ha vuelto incontrolable porque de ambos lados han cerrado los ojos a cualquier solución posible, que no sea echarse la culpa unos a otros de un juego que como el de Juan Pirulero, no tiene sentido.
Aquí agachan la cabeza cada vez que reciben a un procónsul
De allá, tienen que cerrar las fronteras, en lo que son duchos y cuidar que el consumo no rebase los límites que los han llevado a ser una nación de drogadictos, donde hasta sus dinastías políticas, en estado de convalecencia y rehabilitación, han dado paso a una generación de viejitos que se pelean la Presidencia desde hace muchos años.
De acá, el gobierno mexicano, si quiere subsistir independiente, debe ya empezar las negociaciones en serio para que le permitan hacer uso de la producción de opiáceos para lograr otros niveles de desarrollo, poder liquidar gran parte de su deuda y utilizarlos como productos farmacéuticos de primer nivel. Ya no seguir agachando la cabeza cada vez que reciben a un procónsul. A cualquier enviado.
¿Ganador? Quien pudiera para retrasar la firma del traído T-MEC
Y es por eso que los dados estaban cargados y tirados desde antes de poner el paño de la mesa de juegos. Al plantear los tenochcas como condición de la injerencia en asuntos tan domésticos como la producción y distribución de droga, que los Estados Unidos intervinieran en una materia que les es ajena, a cambio de que nosotros consiguiéramos el imposible pedido...
... las dos partes sabían quién iba a ganar: el que tuviera la presión en la mano para retrasar la firma del Tratado comercial que solo beneficia a unos cuantos productores de manufacturas y comestibles. Así como suena y como se lee.
Birlibirloque perfecto. A quien más perjudica es a los mexicanos
Sin querer queriendo, decía uno de los iconos de la Cuarta Transformación, El Chapulín Colorado, la parte mexicana estaba arrinconada desde el inicio. Ceteris paribus o permaneciendo el resto constante han estado dándoles el argumento indispensable para actuar, para tener una injerencia venenosa en los asuntos territoriales e internos del país.
Puesto al ras: si yo te pido que tú intervengas en algo que nunca has podido ni querido hacer, te estoy dando las armas para que tú me pidas algo que yo no he querido ni podido hacer, por infinidad de razones. Es un birlibirloque perfecto que a quien más perjudica es, como siempre, a México.
No hay honestidad valiente, es miedo, para llamarle amablemente
Y aunque este asunto se ha tornado en una cruda moral, a partir de las revelaciones documentadas que varios periodistas han hecho sobre las negociaciones comerciales y políticas entre el Estado mexicano y los grupos del narcotráfico, es un hecho que siempre vamos a estar impedidos de destrabar, si seguimos como hasta ahora.
Entonces, preguntará el amable lector, ¿para qué se sientan a negociar algo que no tiene pies ni cabeza? La única respuesta es la que todo mundo sabe: se le tiene pavor al Imperio y hemos puesto todos los huevos en la canasta de ratificar un acuerdo comercial que, aparte de copiar...
... casi textualmente, el que ha estado vigente desde Salinas de Gortari, es chusco. Y convenenciero a más no poder para favorecer a una oligarquía que nunca ha dejado de operar en favor de los menos, para el mal de todos. No hay honestidad valiente, es simplemente miedo, para llamarle de una manera amable.
Barr se fue con una maleta cargada de vasallaje y obligaciones
Estados Unidos ha conseguido lo que pretendía: acelerar y profundizar desde ahora la injerencia brutal y venenosa en todos los asuntos territoriales y políticos mexicanos. Barr se va con una maleta cargada de vasallaje y obligaciones torpes por nuestro lado, sin que el Imperio se haya comprometido absolutamente a nada.
Pero el Caudillo lo dijo: "Buena relación con el fiscal general de los Estados Unidos. Como abogado comprende que nuestra Constitución nos obliga a ceñirnos a los principios de cooperación para el desarrollo y a la no intervención en política exterior”. ¡Ooooleee!
Un simple fiscal del imperio ha doblegado al Estado chichimeca
Ahora sólo falta que vengan los amlovers a gritar en la plaza de los acarreados las loas a la defensa impostergable de la soberanía, cuando se ha hecho exactamente todo lo contrario.
Un simple Fiscal estadunidense ha doblegado al Estado chichimeca. Otra abdicación para las rayas del tigre desdentado.
Ganaron todos, menos nosotros.
¿No cree usted?