Al menos 100 kilos de desperdicios entre bolsas, vasos de plástico y sogas fueron encontradas en el estómago de una ballena que murió tras quedarse varada en una isla de Escocia.
“Todo este material estaba en una gran bola en el estómago y parte de él parecía que había estado allí por algún tiempo”, señaló el proyecto Escocés para Animales Marinos Varados (SMASS, por sus silgas en inglés), una organización que investiga la muerte de ballenas y delfines.
A través de redes sociales, la organización publicó varias fotografías y señaló que “el animal no estaba en condiciones particularmente malas, y aunque es ciertamente plausible que esta cantidad de escombros sea un factor en su vida viva, en realidad no pudimos encontrar evidencia de que esto haya impactado u obstruido los intestinos”.
Sin embargo, “esa cantidad de plástico en el estómago debe haber comprometido la digestión y sirve para demostrar, una vez más, los peligros que la basura marina y los artes de pesca perdidos o desechados pueden causar a la vida marina”.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) apuntó hace unas semanas que en los últimos 50 años se multiplicó 20 veces la producción mundial de plásticos, es decir unos 320 millones de toneladas, de ellas ocho millones llegaron a mares y océanos y se hundieron, flotan o quedan en las playas.
SMASS refirió que la muerte de la ballena podría ser ejemplo de un problema global ya que en su estómago había desechos que podrían generarse en el sector terrestre como en el pesquero, y “podrían ser tragados en cualquier punto entre Noruega y las Azores”.
“Estamos buscando con más detalle para ver si podemos averiguar por qué este animal terminó con tanta cantidad en el estómago”, señaló.
El grupo agradeció a los miembros de la guardia costera y a las autoridades de la Isla de Harris, Escocia, que ayudaron a realizar la necropsia correspondiente y después enterrar a la ballena.