AMLO, el histrión de la 4T

AMLO, el histrión de la 4T

Histrionismo delirante, así le llaman todas las escuelas psiquiátricas del mundo. Sucede cuando el sujeto, en aras de llamar la atención, realiza un protagonismo febril, incesante, para apoderarse de todos los escenarios posibles y ser el centro, a costa de lo que sea, al precio que cueste, con un objetivo inopinado, intrascendente. El costo corre a cargo de la Nación.

 

Eso no importa. Lo único que importa es el afán de significarse, de hacerse presente, aunque no haya necesidad, de polarizar, de agraviar, de enternecer o de causar compasión. Lo único que produce es división, encono, risa. Pone en juego todas las emociones del respetable, siempre y cuando las respuestas y los ataques se dirijan a él.

El día de la festividad revolucionaria, el 20 de noviembre, el Sistema de Seguridad registra 52 bolsas con 25 hombres y mujeres descuartizados en Tlajomulco, en las afueras de Guadalajara; 10 más en Nuevo León, y 25 en Guanajuato. Los peritos forenses se alteran porque dentro de las bolsas se encuentran niños torturados, desmembrados y quemados vivos.

 

Es capaz de promover cualquier dislate, cualquier desaguisado inconveniente e inesperado, pues lo que importa es siempre inaugurar lo inaudito, encabezar lo fútil. Sirve hasta un desfile grandote, dirigido a un público de cualquier ranchote, que paraliza la Ciudad en día laborable, dedicando miles de policías a confinar el tránsito, mientras el país se desangra.

 

Todo, siempre y cuando se utilice la festividad ya olvidada, para que el sujeto pueda enseñar a los gentiles su visión particular de la historia, de la verdad y de la vida. Los esfuerzos de los militares y cualquier error en el ejercicio hípico se estrellan frente a la sonrisa socarrona de la elegida para la ocasión. Que todavía no explica el motivo de su risa burlona, en medio de la supuesta marcialidad.

 

Se puede empeñar en sostener que los abrazos sustituyen a los balazos que va a acusar a los trúhanes con sus abuelos, cuando de enfrentar a la feroz delincuencia se trata. El resultado es producir las sarracinas, provocarlas, multiplicarlas, no importa. El “¡fuchi guácala!” produce, según él, mayores dividendos políticos y también las cifras dantescas de ejecutados más abultadas de la historia nacional.

 

Nada nuevo en la última obra “literaria” de AMLO

 

En el marco de la Revolución mexicana presenta su obra “literaria” Hacia una economía moral, donde sostiene que el consumo colectivo debe privilegiarse por encima del consumo individual, una tesis que mínimo tiene 250 años de haber sido expuesta por el liberalismo inglés. Pero que aquí nunca podremos ver.

 

La simple y sencilla razón es que, para distribuir, para mandar y para ordenar las variables económicas hace falta un pequeño detalle: que la economía funcione. Y ésta, la nuestra, ya cumple un año que está parada y recesiva, gracias a la desconfianza que el protagónico ha inyectado en todos los sectores sociales. Y se puede poner peor.

 

Presupuesto 2020: más pobres con gobierno miserable

 

Para la sorna y el ridículo, en el marco de esas festividades se aprueba subrepticiamente, en recinto alterno y con reloj legislativo a modo, la última puñalada a la economía nacional: el recorte absurdo de los programas productivos agropecuarios, en aras de engordar las cuentas incomprobables e insulsas de programas sociales que jamás verán resultado óptimo en lo que les quede de vida.

 

Todo el presupuesto institucional se sacrifica para que prevalezcan los programas sociales, así llamados por ser la plataforma monetaria del único dinero en circulación que puede prohijar los votantes de las elecciones intermedias y de la elección federal del 2024, para desde ahí proyectar la ansiada reelección… o de perdida transmitirle el poder a una incondicional que no ha demostrado servir para alguna cosa.

 

‎El presupuesto de egresos de la Federación para el próximo año está diseñado para construir un país de pobres, con un gobierno de miserables. No contiene un solo elemento que pueda contribuir a elevar la productividad, ni a generar riqueza para poder distribuirla colectivamente. Es un rosario de intenciones funestas que no llevan sino al fracaso.

 

AMLO muestra dramatización y teatralidad exageradas

 

El trastorno histriónico forma parte del grupo ‎dramático de las perturbaciones de personalidad. Las personas que lo padecen tienen una gran necesidad de atención, realizan apariciones inapropiadas y llamativas, expresan sus emociones de forma intensa o excesiva y pueden ser influenciadas por aquellas personas que detecten el egocentrismo y el hedonismo, manipularlos y conseguir sus propios objetivos.

 

Suelen equivocarse, dice la Asociación Psiquiátrica de los Estados Unidos, por su propia situación personal, dramatizado y exagerando sus dificultades. Pueden aburrirse fácilmente y prefieren dejarlo todo por frustración, en vez de afrontarlo. No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención.

 

Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices, muestra dramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional. Es sugestionable, fácilmente influenciable por los que lo rodean o por las circunstancias. Un real peligro.

 

Rosario Piedra: genuflexión, base de su progreso burocrático

 

‎Esto explica en gran medida las posturas de Rosario Piedra, al ser ungida anticonstitucionalmente como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. El plegarse a la Cuarta Transformación es la divisa, todo está dirigido a dramatizar el apoyo incondicional al régimen, aunque los derechos de los demás se posterguen o se ignoren.

 

Para Rosario Piedra la genuflexión es la base del progreso burocrático, aunque desconozca los límites de las atribuciones de la CNDH. Eso no es lo que importa, lo importante es la austeridad republicana, aunque nadie sepa con qué se come, recortar y recortar...  para engordar los haberes de los programas sociales, que todavía no se sabe ni se comprueba que han llegado a su destino.

 

Los investigadores más serios de los grupos de personas sin trabajo ni estudio han demostrado que el universo inicial de aplicación es demasiado grande. En México, para empezar, no puede comprobarse que existan dos millones y medio de muchachos en esa condición. Pero eso no importa, vamos todos a cumplir el objetivo de destrozar la producción, para engordar el caldo electoral de la Cuarta Transformación. Sólo eso importa.

 

Giras de AMLO, para esconderse y comer antojos

 

‎La ultima ratio que tiene la 4T para acomodar el lenguaje a la realidad es el afán demencial del protagonismo febril que privilegia los programas sociales inservibles como el Decálogo del Progreso. Tirar el dinero en ninis, en arbolitos ya plantados desde hace mucho, en absurdas prestaciones que hasta la fecha no tienen ni normas de operación, ni beneficiarios de carne y hueso. Pero es lo suyo. Para eso vive quién manda.

 

De eso se tratan todas las giras a provincia, aparte de degustar platillos regionales. Para esconderse, evitar el choque con una realidad miserable y ensangrentada, para eludir las facultades y atribuciones que la Constitución da al Estado para justificar su razón de ser. Si no hay seguridad ni justicia, ¿para qué sirve el Estado? pregunta incesante que inunda el territorio nacional.

 

Viene una tragedia seguramente inconmensurable

 

El Ejecutivo itinerante, perseguido de ahora en adelante por campesinos abandonados a su suerte, como los monos colorados tras cualquier deudor. El Legislativo, agachado e itinerante porque para obedecer puntualmente las órdenes tiene que doblarse y esconderse. La Fiscalía y el Poder Judicial, catatónicos y podridos, deslegitimados socialmente.

 

La población enardecida, porque ve venir una tragedia seguramente inconmensurable. Los créditos externos, como usted y yo lo platicamos hace tiempo, se retiran cada vez más y condicionan su entrega a cambio de seriedad y garantías.

 

¿Hasta dónde llegaremos? Eso solamente lo sabe el dueño de la historia, de la verdad y de la vida. Desde el culiacanazo la realidad del país se aglomera en una sola cabeza, sin rumbo ni ritmo, sin programa y sin objetivo sensato. No tarda en llegar la sorpresa desagradable.

El país más pobre que antes, y más pobre mañana que ayer.

 

Pero eso no le importa.

 

¿No cree usted?