El Starship Mk1, el prototipo en tamaño real de la nueva nave espacial de SpaceX, explotó parcialmente durante una prueba de presión criogénica que se llevó a cabo el 20 de noviembre en las en las instalaciones de la compañía, en el sur de Texas, EEUU.
Elon Musk, fundador y director general de SpaceX, dio a entender a través de Twitter que tras el fracaso de las pruebas, iniciadas el día anterior, la compañía se dedicará a construir otros prototipos más avanzados en lugar de realizar reparos y volver a poner a prueba el Starship Mk1.
Desde SpaceX se reforzó esta posición. "El propósito de la prueba de hoy fue presurizar los sistemas al máximo, por lo que el resultado no fue completamente inesperado. No hubo heridos ni es un serio revés", escribió la compañía en un correo electrónico al ser cuestionada por el portal Space tras el incidente.
"Como tuiteó Elon [Musk], el Mk1 sirvió como una valiosa guía de fabricación, pero el diseño de vuelo es bastante diferente. Ya se había tomado la decisión de que este artículo de prueba no volaría y que el equipo se centraría en las construcciones del Mk3 que están diseñado para la órbita", detalló el comunicado.
El Mk1 fue presentado por primera vez a finales de septiembre. La nave, que mide cerca de 50 metros de largo, será propulsada al espacio como la última etapa de otro gigante: el Falcon Super Heavy. De este modo, la nave se convertirá en la etapa superior más grande de la historia.
De acuerdo con Musk, la Starship podrá usarse para visitar la Luna, Marte y otras partes del universo. De hecho, podría usarse incluso para colonizar otros planetas, ya que podrá llevar hasta 100 personas a bordo.