Diabetes y Alimentación Neoliberal

Diabetes y Alimentación Neoliberal

Ayer presentamos en el Encuentro de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política los resultados de una investigación que aborda los efectos del neoliberalismo en la alimentación y en la salud de los mexicanos. Se trata de un estudio realizado en coautoría con los estudiantes Enrique Sanchez Ocaña y José Peralta Gómez de la Universidad La Salle. Aquí exponemos los principales hallazgos y conclusiones.

 

1. En el ciclo de reproducción del capital, el capitalista divide una parte de su desembolso a la compra de medios de producción (maquinaria y materia prima), otra parte para el pago de los trabajadores (fuerza de trabajo) a esta parte la llamaremos “fondo de trabajo”. Este fondo debiera ser el suficiente para que el trabajador reconstituya su fuerza y se reproduzca como clase social.

 

2. En su incesante búsqueda por aumentar sus ganancias, el capitalista planea por todos los medios reducir ese fondo de trabajo, de tal forma que reduce drásticamente el salario de los trabajadores. Históricamente se tienen registros de estas drásticas reducciones, como las que denuncia Marx en la Francia del siglo XIX. Los trabajadores fueron sometidos a un salario mínimo tal que debieron allegarse de ayudas parroquiales para subsistir. Pero además debieron “adulterar” sus alimentos, bebidas y medicinas para que sus míseros salarios les alcanzaran. Datan libros de recetas donde los capitalistas recomiendan sustituir ciertos alimentos para abaratar la alimentación del obrero y con ello justificar salarios más bajos.

 

3. Durante el periodo de posguerra (1945-1974) la economía creció a un ritmo tal que el capitalista se permitió aumentar el fondo de trabajo y las condiciones laborales de la clase trabajadora alcanzaron su punto máximo. Estas mejoras se revirtieron durante el periodo neoliberal (1982-2018) y se repitieron los mismos hechos del siglo XIX, el salario cayó tanto que los trabajadores volvieron a “adulterar” sus alimentos. Sin ayudas parroquiales se volvieron necesarios los programas sociales para complementar los ingresos de los más pobres. El poder adquisitivo del salario cayó ¾ partes de su valor en 25 años.

 

4. Cuando hablamos de “adulterar” los alimentos nos referimos a los cambios paulatinos pero constantes que se dieron en la composición de la dieta de los trabajadores, particularmente en México. Las proporciones de ingesta de proteínas se redujeron, mientras que las de grasas aumentaron; también se redujo el consumo de azúcar natural por sintéticas a través de productos de baja aportación nutrimental (alimentos chatarra). Cabe destacar la baja en el consumo de semillas como el maíz y el frijol, la carne de res y los lácteos; a cambio aumentó el consumo de carne de cerdo y harinas.

 

5. En el mismo periodo en que el patrón alimenticio cambió, la diabetes y las enfermedades asociadas como las coronarias se dispararon. El 90% de los casos de diabetes tuvieron su causa fundamental en personas con sobrepeso y obesidad. México se convirtió en el primer país a nivel mundial en obesidad adulta y el segundo, en obesidad infantil. La gravedad de la situación provocó un aumento en las muertes por diabetes de manera siempre proporcional al aumento de la población (gráfica 1). En ese periodo el porcentaje de defunciones pasó del 0.06% al 0.16%.

 

 

Elaboración propia con datos de INEGI, 1990-2017

 

6. Para comprobar la correlación entre los cambios en los patrones alimenticios y el aumento de la prevalencia y muertes asociadas a la diabetes se propuso una metodología basada en regresión lineal con tres modelos econométricos. Los resultados demostraron altos valores de significancia entre las variables a un nivel de confiabilidad del 95% y con un 80% en el ajuste de los datos (probabilidad de error menor al 5%). Los modelos demuestran que un aumento en la ingesta calórica por azucares sintéticos aumenta en al menos 18 puntos la cifra de defunciones por diabetes; mientras que el aumento en la ingesta de proteínas disminuye en 25 puntos las defunciones.

 

7. Lo anterior demuestra los perniciosos efectos que la baja en los salarios tuvo en la alimentación y por ende en la salud de los trabajadores mexicanos, lo que evidencia que el neoliberalismo ha causado daños irreversibles en términos de salud pública. Por tanto, la diabetes no es resultado de una decisión individual de los sujetos sino de las condiciones estructurales de la economía y ninguna medida de etiquetado de alimentos tendrá efectos positivos hasta que las condiciones salariales de los trabajadores mejoren.

 

Es urgente que los salarios recuperen el poder adquisitivo que por lo menos tenían antes del neoliberalismo para que la alimentación del trabajador mejore. Pero también es preciso tener en cuenta que los cambios en los patrones alimenticios tomaron 35 años y será difícil remontarlos. La siguiente semana presentaremos el porcentaje necesario de aumento salarial de acuerdo a diversos modelos macroeconómicos.  

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

 

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

Twitter: @BandalaCarlos