Las “marrullerías” de algunos políticos de dudosa reputación no dejan de sorprendernos. Distintas maneras de cometer fraudes valiéndose del cargo que ostentan son ya “normales” entre una de las clases con menos clase de México.
Además de las quimioterapias con agua que aplicaba el gobierno de Javier N. en Veracruz, la sociedad mexicana ha quedado indignada con lo que ha sucedido recientemente con el exdirector de Petróleos de Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya.
Y es que resulta que el prófugo Lozoya no tuvo empacho en dejar a su madre, Gilda Margarita Austin y Solís, cargando con los platos rotos de los presuntos fraudes en los que participó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Emilio Lozoya habría utilizado a su propia madre para recibir cantidades millonarias de dinero procedentes del caso Odebrecht, dejándola a merced de una acción judicial por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, conocido como lavado de dinero, y por asociación delictuosa.
El dinero que habría recibido Gilda Austin provenía de los sobornos de Emilio Lozoya de la empresa Odebrecht, lo que la vincula con la red nacional e internacional que presuntamente dirigía Lozoya para esconder dinero ilícito.
Aunque las autoridades han asegurado que la madre de Emilio Lozoya sabía de estos sobornos, no se ha podido comprobar que Gilda Austin en verdad conociera de dónde procedían las cantidades millonarias recibidas.
El 26 de noviembre de 2012, se hizo un depósito de 185,000 dólares y ese año, la imputada declaró en cero; un año después declaró 193,000 pesos. Cuando se abrió esa cuenta se indicó que no tenía actividad empresarial.
Una de las cosas que más llama la atención es que sea Gilda Austin la primera persona vinculada a proceso por el caso Odebrecht, cuando es evidente que hay otros personajes, incluido su hijo Emilio Lozoya, con mayor peso en este fraude de escala internacional.
La madre de Emilio Lozoya deberá pagar los platos rotos de los malos manejos de su hijo. Incluso, deberá responder por delitos en los que también estaría vinculado el expresidente de México, Enrique Peña Nieto.
La madre de Lozoya no sería la única “víctima” colateral, pues hay órdenes de aprehensión también para su esposa Marielle Helene Heckes, su hermana Gilda Susana y Nelly Maritza Aguilera Concha, empresaria de bienes raíces.