La ciencia está avanzando cada vez más en el diseño de robots humanoides que pronto podrían sustituir a los seres humanos en tareas complejas, como ayudar en las labores de rescate durante los incendios sin necesitar a los humanos. El paso más reciente es controlar su equilibrio.
Lo más complicado para los robots de dos patas es ejercer fuerza o empujar contra algo sin caer. Ahora, los ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign han desarrollado un método para controlar el equilibrio en un robot operado a distancia.
La máquina ha recibido el nombre de Pequeño Hermes (Mecanismos robóticos y sistema electromecánico de alta eficiencia, por sus siglas en inglés) para no confundirlo con el gran Hermes, un robot humanoide capaz de repetir todos los movimientos de una persona. Sin embargo, este robot nunca podrá mantener el equilibrio al chocarse contra un obstáculo. Por eso los ingenieros han construido su versión más pequeña.
El Pequeño Hermes se asemeja físicamente a un torso mecanizado con dos patas, y es controlado a distancia por un operador humano que lleva un chaleco especial. Este chaleco transmite la información sobre el movimiento humano y sobre la resistencia del suelo al robot.
Con ese chaleco, el operador humano puede a la vez dirigir el movimiento de Hermes y sentir sus movimientos. Si el robot está perdiendo el equilibrio, el humano siente un tirón correspondiente en el chaleco y puede ajustárselo para volver a equilibrar al robot.
"Es como correr con una mochila pesada: puedes sentir la dinámica de la mochila a tu alrededor y compensarla adecuadamente. Si quieres abrir una puerta pesada, puedes ordenar al robot que tire su cuerpo contra la puerta y que la empuje para abrirla sin perder el equilibrio", dice Joao Ramos, el autor del concepto e investigador del MIT.