Son pocos los que saben que la construcción del Puente de México, ubicado sobre la antigua carretera federal México-Puebla, guarda varias leyendas un tanto escalofriantes; la más conocida, y con mayor fuerza entre los vecinos, es que una tormenta en 1708 arrastró toda la construcción que se había levantado, cobrando la vida de todos los trabajadores que quedaron sepultados.
Los historiadores colocan a esta edificación, también conocido como el Puente de Ánimas, como uno de los monumentos históricos y arquitectónicos más importantes de Puebla y México; además, en su momento, sirvió como un enlace entre ambas ciudades para el intercambio de mercancías.
Asimismo, se dice que por el mismo solo podían circular carretas; incluso, este puente carece de banquetas o espacios para peatones.
A través de redes sociales circulan diferentes historias en torno a este puente compuesto por tres arcos, el más alto de una altura de 18 metros. Algunos afirman haber visto de lejos a varios hombres trabajando en el lugar, pero al acercarse desaparecen.
Otros más aseguran haber escuchado lamentos y llantos al pasar por el lugar donde atraviesa el Río Atoyac y que actualmente conecta con el Bulevar Forjadores de Puebla.
“No tiene mucho, un año tal vez, vi gente flotando muy cerca de ahí, y pues no muy tarde hablo como eso de las 10 de la noche. Taxistas también dicen haber visto hombres comunes y corrientes, pero flotan”, escribió un usuario de Facebook.