Desde la semana pasada se viven días convulsos en varios países latinoamericanos; el pueblo se ha levantado contra el gobierno en manifestaciones que han sido respondidas con violencia por la fuerza del Estado. Pero, como ayer me decía un profesor, sin contexto y sin historia, se cree que todo empezó la semana pasada. Las situaciones y las demandas son similares, hay un diagnóstico común: el neoliberalismo ha fracasado.
Corría el año de 1973 y en Chile los militares daban un golpe de Estado contra el Dr. Salvador Allende bajo el auspicio de la embajada norteamericana. La escuela de economistas de Chicago utilizó al país como laboratorio para aplicar las políticas neoclásicas que más tarde se conocieron como neoliberales. Son neoclásicos porque retoman los postulados de la escuela clásica de economía, principalmente el libre mercado (mano invisible) y por eso son neoliberales, pero lo han combinado con una ideología social conservadora que extinguió rápidamente las conquistas laborales forjadas durante la primera parte del siglo XX.
Para 1985, México y otros países se declaran en mora del pago de la deuda externa, lo que desencadena una crisis que es aprovechada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para imponer un programa que se llamó “Políticas de Ajuste” y que buscó la estabilización de las variables macroeconómicas a través de un nulo crecimiento económico. En 1990, el programa adoptó el “Consenso de Washington” que era el resultado del experimento de Chile y que describía en 10 puntos las acciones de los gobiernos en materia económica, que en pocas palabras consistía en retirarse y dejar a las fuerzas del mercado actuar de forma libre.
El periodo neoliberal se caracterizó por tasas de crecimiento bajas, en México por ejemplo el promedio fue de 2% anual. La pobreza y la desigualdad se estancaron y en muchos países aumentaron. El primer país en revertir las políticas neoliberales fue Venezuela en 1999 con el triunfo electoral de Hugo Chávez, el castigo de los organismos imperialistas ha sido implacable. En los primeros años del siglo XXI, una oleada progresista le puso freno al neoliberalismo: Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Nicaragua, Paraguay y Uruguay. En muchos casos, sobrevino un contragolpe apoyado por Estados Unidos.
En Argentina, por ejemplo, se impuso al empresario Mauricio Macri que eliminó los programas sociales y los subsidios de la era kirchnerista, lo que provocó un shock económico que hoy tiene a los argentinos hundidos en la peor crisis económica de los últimos 20 años. A finales de año habrá elecciones y las 23 encuestas que se han publicado auguran la derrota del derechista.
En Ecuador, Lenin Moreno traicionó a Rafael Correa y adoptó nuevamente las medidas del FMI. La semana pasada intentó eliminar los subsidios a los combustibles que se tradujo inmediatamente en alza de precios y en protestas multitudinarias. El gobierno respondió con represión y estado de excepción, se tuvo que trasladar la sede de los poderes de Quito a Guayaquil. Aunque Moreno ha reculado y derogado su “paquetazo”, la gente continúa en las calles y ayer miércoles los grupos indígenas rompieron el diálogo denunciando hostigamiento. Al momento se reportan 8 muertos.
En Chile, Sebastián Piñera anunció un aumento al transporte subterráneo (metro) y el pueblo contestó con protestas. Se decretó un estado de emergencia con toque de queda y los militares tomaron la calle, llevan 11 muertos. También Piñera se retractó, pero el pueblo no se ha conformado con ello, quiere el cambio de régimen, ayer en la noche la gente seguía en las calles.
En Haití, el país más pobre de América Latina, van dos meses de intensas protestas para pedir la renuncia del derechista Jovenel Moise que empezaron con una escasez de combustibles y una inflación descontrolada. La economía está prácticamente paralizada y el gobierno ha sido muy violento en la represión, van 72 muertos, entre ellos dos periodistas.
Como se muestra en la gráfica siguiente, la población en pobreza de países como Bolivia y Argentina aumentó considerablemente de 1990 a 2000 (neoliberalismo); después ambos países tuvieron gobiernos de izquierda y la pobreza comenzó a bajar. En Argentina llegó un gobierno de derecha y la pobreza volvió a aumentar, de acuerdo con cálculos propios para este año el nivel de pobreza en Argentina superaría al de Bolivia.
Elaboración propia con datos de CEPAL (1990-2017) y cálculos propios (2018-2019)
Bolivia tuvo elecciones el domingo pasado y hasta el momento parece ser que Evo Morales se lleva la presidencia en primera vuelta, lo que aseguraría la continuidad del modelo socialista. La derecha ha querido desconocer los resultados y ha salido a las calles, pero a diferencia de los otros países, Evo no ha sacado a los militares para reprimir.
Curioso que el Grupo de Lima, que fustigaba a Nicolás Maduro, hoy enfrente en sus países protestas y muestre su verdadero rostro fascista, matando a su pueblo para defender el régimen neoliberal. Lo bueno que esto está por terminar.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos