Calles vacías, comercios e industrias cerradas, chatarras de tráileres y camiones todavía humeando en cruces viales importantes, es la imagen de la mañana de este viernes en la ciudad que vivió ayer horas de terror, el cual pudo convertirse en una masacre.
En los rostros de la gente se percibe el miedo, porque cuentan que todos “Los Chapos” están en guardia, principalmente en los suburbios de la ciudad, hacia donde ni automovilistas ni taxistas quieren transitar.
También hay miedo, porque aseguran que si la Secretaría de la Defensa Nacional efectúa un nuevo operativo en la ciudad, más cuando circula ya la versión oficial de siete militares heridos, es seguro que se desatará nuevamente una posible masacre.
No hay clases, ni servicio de aplicaciones de taxis, tampoco reparto de productos y todavía hay algunos hoteles llenos porque muchas familias que tienen sus residencias en la ciudad, prefirieron meterse al primer hotel cercano para resguardarse de las balaceras.
En tanto, el Palacio de Gobierno del Estado permanece resguardado por varios pelotones de militares.
El sector de Tres Ríos, donde ayer se localizó a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, está vacío aunque es el más exclusivo de la ciudad y donde también se encuentra la zona más prestigiosa de bares, los cuales podrían permanecer cerrados este fin de semana.